Hace unas semanas me di cuenta de que tenía un par de bolsas de harina de teff olvidadas en mi despensa y a punto de caducar. Como bien sabéis, en mi casa no se desperdicia nada, así que decidí aprovechar la ocasión para crear nuevas recetas que pudiera compartir con vosotros. De estos experimentos surgieron estos deliciosos muffins que tenéis que probar, si o si.
Si alguna vez has comido en un restaurante Etíope, lo más probable es que hayas comido teff. El teff es el cereal más minúsculo del mundo. Se necesitan unos 150 granos para igualar el tamaño de un grano de trigo. Su nombre procede de la palabra amhárica “perdido”. Claro, imagina que se te cae uno de estos granos al suelo. Lo pierdes. Fijo.
El consumo más habitual del teff es en forma de injera, un pan plano, fermentado y esponjoso (¿vais a querer receta? ¿hago preguntas muy evidentes?), que se utiliza como el plato mismo y para servir los wats o estofados típicos de la cocina Etíope y Eritrea. También conocido como la hierba del amor (del griego, Eragrostis tef), el teff se presenta en una variedad de colores, desde el marfil hasta el morado, pero quizás el marrón sea el tono más común.
El teff es minúsculo, pero a nivel nutricional es muy interesante. Tiene un alto contenido en hierro y proteína, y es una buena fuente de fibra y calcio. De hecho, es el cereal con mayor contenido en calcio, con mucha diferencia: una taza de teff cocinado aporta 123 mg. Además, tiene un perfil de aminoácidos superior, siendo alto en lisina, una proteína esencial para la reparación muscular. Pero quizás uno de los puntos más interesantes del teff es su alto contenido en almidón resistente (resistant starch), una fibra alimentaria que puede beneficiar el control del azúcar en sangre, el control del peso y la salud del colon. Se estima que entre el 20-40% de los carbohidratos en el teff son almidones resistentes.
Su sabor característico, que recuerda a nuez o avellana, combina muy bien con ingredientes tanto dulces como salados, como manzana, calabaza, cebolla, tubérculos, pollo, caza… También es un magnífico acompañante de platos picantes.
Al igual que el trigo sarraceno, el amaranto, el arroz y la quinoa, el teff es libre de gluten y por ello es una alternativa deliciosa para todos aquellos que tengan intolerancia al gluten o sean celíacos.
Dicho todo esto, no dejéis de hacer estos muffins, os sorprenderán y querréis más. De hecho, voy a preparar otra tanda ahora mismo.
- 195 gr de harina de teff
- 65 gr de harina de yuca
- 4 cucharadas soperas de lino molido
- 3 cucharadas soperas de azúcar de coco
- 1 cucharada sopera de canela molida
- 1 cucharadita de nuez moscada
- ¾ cucharadita de bicarbonato
- 1½ cucharaditas de cremor tártaro
- Una pizca de sal
- 2 huevos
- 2 manzanas, ralladas o trituradas en la batidora
- 120 ml de aceite de coco, derretido
- 180 ml de leche de coco
- 50 gramos de chocolate negro (yo he usado una combinación de éste y éste), picado con cuchillo para asemejar chips de chocolate
- 30 gramos de nueces picadas
- Precalienta el horno a 180 grados y coloca los moldes de silicona reutilizables o de papel en el molde metálico para muffins.
- En un bol, mezcla las harinas, lino molido, azúcar de coco, canela, nuez moscada, bicarbonato, cremor tártaro y sal.
- En otro bol, bate bien el resto de ingredientes salvo el chocolate negro y las nueces.
- Añade los ingredientes húmedos a los secos y mezcla bien, con unas varillas o bien en una batidora.
- Incorpora el chocolate y las nueces con una espátula y rellena los moldes a ⅔ de su altura. Hornea durante 25 minutos.
- Déjalos enfriar sobre una rejilla metálica.