Revista Cultura y Ocio
Todos llevamos dentro un presidente del Gobierno. Si somos humildes, quizá un ministro. Y todos damos en petit comité nuestras recetas para salir de este infierno llamado crisis. Pero Fernando Jáuregui y Manuel Ángel Menéndez han ido más allá: han pedido a 130 "notables" que se retraten, que pongan negro sobre blanco sus ideas para sacar a España del atolladero de la inmovilidad y el pesimismo.
Y con tanto zumo de neuronas han cuajado La España que necesitamos (Ed. Almuzara), toda una declaración de intenciones que aúna la izquierda y la derecha, a los zejaprogres y a los culturetas más rancios, a lo conservador, a lo liberal y hasta a lo indefinido.
Juntar en las mismas páginas a Rajoy y a Zapatero, a Montoro y a Cayo Lara, a Fátima Báñez e Ignacio Fernández Toxo, puede antojarse una entelequia, pero se hace realidad en las 800 páginas de un volumen con amplitud de miras que pone el acento en los retos de un país que debe renovarse en todas y cada una de sus áreas, desde la Constitución que le sirve de base legal hasta el sector cultural, pasando por nuestras relaciones internacionales (y también, cómo no, con esa Europa que antes nos chutó hormona del crecimiento y ahora nos asfixia), la inmigración o la esperanza de una nueva generación que, según los editores, ha de pasar de la indignación a la ilusión.
Resulta curioso cómo por escrito todas las ideas parecen factibles. Todo razonable porque se razona. Todo coherente y aplicable. La cuestión consiste en saber cómo Rajoy pone en práctica ese "reformismo" que repite una y otra vez en su capítulo, más allá de los recortes y las subidas de impuestos; cómo se pasa de "más Europa" a "otra Europa", como propugna Fernández Toxo, o si es posible convertir en realidad ideas 'quinceemeras' como una ley electoral más proporcional, meter la tijera en los privilegios para los políticos o avanzar hacia una fiscalidad más justa, en la que no terminen pagando más los que pagan siempre y empiecen a pagar algo los que no pagaron nunca, como sugiere Pere Rusiñol.
El futuro se llama 2020 pero tiene que empezar a construirse ahora. Algunos han puesto por escrito cómo lograrlo. El siguiente paso será creerse sus propias recetas.
[Publicado en Diariocrítico].