Ya está; Andy Diggle pasa a estar, por ahora, entre los guionistas que marcarán una época al frente de Daredevil. Si, acabo de terminar de leer el tomo publicado por Panini, que recoge los siete primeros números de la nueva etapa de Matt Murdock, y casi que voy a empezarlo de nuevo.
Bendis y Brubaker; Tenéis un digno sucesor.
Está claro que, tras lo visto en el número #500 del “Cuernecitos” y lo visto en “La Mano del Diablo”, Matt Murdock se dirige al abismo, pero él no lo sabe. De hecho, parece natural incluso Shadowland, donde veremos el final del personaje tal y como lo conocemos. Pero no adelantemos acontecimientos.Diggle dirige el cambio
Lo que muestra Diggle es un cambio radical. Y lo hace manteniendo ese halo de búsqueda de justicia, un tanto inocente, que Murdock muestra a todo aquel que le de algo de conversación. Ahora, a quien le toca escuchar su retaila de que quiere acabar con la injusticia, es a los ninjas de La Mano. Como se ha hecho su jefe, le escuchan, aunque no todo lo que reluce es oro en esta “liga de asesinos” sino que, como iremos descubriendo, Daredevil es otra pieza mas de un juego que desconocemos.
Algo llamativo en esta etapa es la separación, por lo pronto definitiva, de Foggy Nelson y Matt. Se ha abierto un precicipio entre ellos. No es algo casual separarlos, porque Nelson le acercaba a la realidad, era su Alfred o Jarvis de turno. Sin él, Daredevil y Murdock son lo mismo. El abogado ha desaparecido, dejando paso al justiciero.
También se ha perdido la nota romántica/trágica que llevaba Daredevil. Tras sus últimos, y sonados, fracasos sentimentales, en el tomo no tenemos mas que recuerdos que atormentan al héroe.Recuperamos definitivamente a Kingpin, mas poderoso que nunca y, sobre todo, calculador. Demuestra las armas que le llevaron a convertirse en el jefe del crimen organizado. No rehusa la violencia, pero prefiere jugar una partida de ajedrez donde él mueve ambos lados del tablero.
Mención especial a la relación con Reinado Oscuro y, en particular, con lo que vimos en el capítulo dedicado al personaje en Reinado Oscuro: La Lista. HAMMER/Osborn se enfrentará a La Mano /Daredevil a lo largo del tomo que nos ocupa. Tecnología frente a magia/ninjas, parece un combate desigual. Pero ya sabemos que no todo es lo que parece.De la Torre, el dibujante que esperaba Daredevil
Michael Lark ha conseguido no solo definir a Daredevil, sino también su entorno. Ayudado por el excelente Hollingsworth al color, hemos “olido” la Cocina del Infierno, a base de paleta repleta de colores fríos y oscuros. Roberto de la Torre, en los cuatro números que comparte con Diggle, continúa esa misma senda, pero consigue viñetas donde se masca el drama y la tensión. Será la forma de “enfocar” o de un uso mas rico del fondo (puede casi desaparecer y transformarse en casi “onírico”), pero impacta desde el primer momento. También acompañado por Hollingsworth, parece que abren mas el tipo de tonos (ese azul que acompaña a las escenas nocturnas), y que dan mas diferenciación a las escenas en las que no está Daredevil.
En tres números, de la Torres es sustituido por Marco Chechetto, al que le cuesta tomar el pulso al tipo de dibujo, aunque finalmente lo consigue.Lord Daredevil
El argumento apenas es mas que una introducción a lo que nos espera. La Mano obedece a Daredevil, quien quiere llevar por el buen camino a la organización. Diggle va abriendo líneas argumentales, que le servirán mas adelante, y que sirve al lector para saber quien juega en el tablero. Quien haya leído a Bendis o Brubaker, notará que Diggle se acerca mas a éste último, sobre todo en que no parece tan lenta la acción.
Nuestro nuevo Daredevil se parece mucho a un Jedi que terminó en el lado oscuro, quien tenía buenas intenciones, pero malas compañías. Y en Matt vemos justamente ésto, alguien que cree poder dominar el mal en su favor, pero que puede terminar esquilado.
VALORACIÓN:8
Una lectura de las que se empieza y no se puede parar.
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