Revista Cocina

Recomendaciones dietéticas para prevenir y tratar la hipertensión arterial

Por Marcrubioc @Opin_alim

La hipertensión arterial, a veces en contra de lo que algunos puedan pensar, es una enfermedad plenamente reconocida, con sus signos y síntomas, diagnóstico, tratamiento y prevención. Este factor de riesgo cardiovascular se diagnostica cuando la presión arterial supera valores entorno a 140/90 mmHg en sucesivas medidas controladas, dependiendo también de muchos otros factores como padecer ciertas enfermedades o ser fumador.
Este articulo pretende divulgar y aclarar qué características debe tener una dieta para el tratamiento de la HTA; también aplicable a personas no diagnosticadas pero con factores de riesgo asociados (obesidad, estrés, alcoholismo, tabaquismo o diabetes) o personas con la tensión frecuentemente alta, ya sea ésta causada por otra enfermedad, hereditaria o de causa idiopática. 
RECOMENDACIONES DIETÉTICAS PARA PREVENIR Y TRATAR LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL
No es objetivo de este articulo explicar la fisiopatología de la HTA, pero debemos partir de la importancia que tienen los electrolitos, en especial el sodio (Na), en los procesos de regulación de la tensión. Esto se traducirá en que la sal es la principal fuente de sodio de nuestra dieta, hecho que evidenciara la importancia de controlarla en cualquier dieta que tenga por objetivo el control de la tensión.
Es fundamental que, para que una dieta baja en sal o sin ella consiga sus objetivos, ésta sea mantenida durante periodos de tiempo suficientes (el dietista será el encargado de dar las pautas específicas), del mismo modo que debemos hacer cambios en ella para que ésta sea sostenible, es decir, apetecible, ya que la mayoría de veces lo que acaba sucediendo es que se elimina la sal de un modo tan radical y tan repentino que el sujeto no es capaz de acostumbrarse a la nueva dieta.
Analicemos ahora las fuentes de consumo de sal más habituales en nuestra dieta:
Alimentos naturales en más o menos cantidad.Alimentos preparados (pan, pasteles, platos precocinados, platos preparados, etc.)Conservas comerciales y caseras, donde el contenido de sal puede llegar a ser muy importante.Bebidas refrescantes (aguas minerales, zumos comerciales, etc.)Muchos medicamentos como la aspirina el bicarbonato sódico, etc.La sal usada para cocinar, para conservar los alimentos y para salar la comida en la mesa.
Es muy importante acostumbrarse a leer las etiquetas de los alimentos preparados y/o comerciales de las aguas minerales y de los medicamentos, donde el contenido en sal puede estar expresado de varias formas como por ejemplo: ClNa, Cloruro sódico, sal, bicarbonato sódico, etc. Una dieta hipo sódica (baja en sal) no debería sobrepasar los 6 gramos de Na diarios.
En definitiva, como en la mayoría de las patologías, en un principio el dietista no pautará una dieta estricta, sino que dará unas recomendaciones generales de qué alimentos son más o menos ricos en sal y, por lo tanto, mas o menos aptos para la dieta que nos ocupa.
Así, hemos clasificado los alimentos en tres grandes grupos: los alimentos que se podrían consumir libremente (ya que su aportación de Na es baja o nula); los alimentos que se deberían consumir con moderación (contenido en sal medio); y los alimentos que calificaríamos como prohibidos o de consumo muy ocasional (con un alto aporte de Na), que serían mas o menos restringidos según el caso y la exigencia de la dieta:
ALIMENTOS A CONSUMIR LIBREMENTE
Pan sin sal, arroz, pasta italiana (macarrones, espaguetis, etc.), harina de trigo y de maíz
Lentejas, garbanzos, alubias secas, guisantes frescos y congelados, habas frescas y congeladas, patatas frescas, verduras y hortalizas frescas, frutas frescas y en almíbar, frutos secos no salados (con cáscara).
Carnes frescas y congeladas.
Pescados blancos frescos y congelados.
Aceite, mantequilla sin sal, manteca de cerdo fresca.
Café, infusiones.
ALIMENTOS A CONSUMIR CON MODERACIÓN
Leche, quesos frescos sin sal. 
Huevos
Pescado azul fresco y congelado (sardinas, arenques, bacalao fresco). Cuando los tome debe lavarlos previamente.
Gaseosa, bebidas refrescantes de cola.
ALIMENTOS PROHIBIDOS O DE CONSUMO OSCASIONAL
Sal de cocina y de mesa, sal de apio, sal marina, sal yodada. Las sales de régimen, como la sal de potasio o de magnesio, deben tomarse bajo consulta al dietista. 
Salsas comerciales (mayonesa, Ketchup).
Sopas de sobre, sopas preparadas, pastillas de caldo o polvos saborizantes.
Platos precocinados frescos y congelados.
Purés comerciales (tipo potitos) o deshidratados.
Legumbres envasadas o hervidas comerciales.
Verduras en conserva (espárragos, alcachofas, etc.).
Repostería (helados, flanes preparados, polvos para la preparación de flanes, galletas y pastas.).
Pan, tostadas. 
Embutidos (jamón serrano, jamón dulce, chorizo, lomo embuchado, patés, foie-gras, mojama, ahumados, etc.).
Productos de aperitivo (olivas, patatas chips, cortezas, ganchitos, almendras saladas, etc.).
Carnes en lata, hamburguesas preparadas, butifarra, frankfurt.
Pescados salados (sardinas, arenque, bacalao) en lata, a la sal, huevas, marisco.
Margarinas y mantequillas saladas, bacon, tocino salado, quesos curados y frescos con sal tipo (burgos)
Aguas minerales con gas.
RECOMENDACIONES DIETÉTICAS PARA PREVENIR Y TRATAR LA HIPERTENSIÓN ARTERIAL
A algunos les podrá parecer que comer sin sal es una tortura para su paladar. Es importante destacar que el cuerpo tiene la capacidad de adaptarse a los gustos que le proporcionamos, acostumbrándose a ellos. Además, es importante aprender a sustituir la sal por otras especies que realzarán el sabor del alimento igual o incluso más de lo que estamos acostumbrados. Aquí tenemos algunos ejemplos de especies más o menos conocidas que mejoraran notablemente la palatabilidad de nuestra dieta:
PimientaMostaza en granoAzafránClavoAjo y cebolla frescasPerejilNuez moscadaOrénganoTomilloLimónMentaLaurelVainillaVinagre
Como siempre, finalmente comentaremos que todo lo expuesto no dejan de ser recomendaciones generales orientadas a reducir el consumo de sal con fines preventivos o terapéuticos. Cada caso debería ser estudiado específicamente por un dietista y después de consultar con su médico,  tratado con especificidad y desde una visión multidisciplinar. 

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