Han transcurrido 23 años desde que Brian de Palma dirigiera con gran maestría en 1987 “Los intocables”, y la calidad de esta imprescindible película sigue también “intocable”.
Inspirada en la novela “The Untouchables”, escrita en 1957 por el propio Eliot Ness y Oscar Fraley, no era la primera vez que los personajes habían sido llevados a la pantalla, aunque lo hubiese sido en una serie televisiva que se emitió entre los años 1959/1963, y en la que Robert Stack interpretaba a Ness.
De Palma reunió a un magnífico elenco de actores para dar vida a los personajes principales de la historia, y en la película pudimos ver a Kevin Costner, Sean Connery, Charles Martin Smith, Andy García, Robert De Niro y Billy Drago, en un argumento que resumiríamos así:
En el Chicago de finales de los años 20, Eliot Ness (Kevin Costner), agente federal, y hombre idealista, es encargado de mantener el orden en medio de la conflictiva Ley Seca. El asesinato de una niña, originado por las guerras entre bandas, hace que Ness jure encontrar a los criminales, y se proponga acabar radicalmente con el tráfico ilegal de alcohol, del que el mafioso Al Capone (Robert De Niro), es el mayor distribuidor.
Una primera redada en un almacén de Capone, donde se esperaba encontrar alcohol clandestino y que hallan totalmente limpio, hace que Eliot Ness se ponga en la pista de que la policía de Chicago está siendo sobornada.
De manera fortuita, Ness toma contacto con Jim Malone (Sean Connery, un policía veterano e incorruptible, al que le ofrece unirse a el para acabar con Capone. Mas tarde, otros dos hombres se unen al equipo: el agente del tesoro Oscar Wallace (Charles Martin Smith) y un cadete de la policía, George Stone (Andy García), convirtiéndose los cuatro, en “Los Intocables”. Juntos realizarán una serie de redadas para “limpiar” la ciudad, llegando hasta la frontera canadiense.
Capone comienza a temer al nuevo equipo, y contrata a un asesino a sueldo, Frank Nitti (Billy Drago). Nitti da muerte en primer lugar a Wallace, y más tarde asesina a Malone. Nitti morirá después a manos de Ness.
La única forma posible de condenar a Capone, es sometiéndolo a una acusación por evasión de impuestos, pero para ello, Ness y su compañero superviviente, tienen que detener primero al contable del mafioso. Lo consiguen en la estación de la ciudad, y Capone es detenido, juzgado y condenado.
En alrededor de dos horas, De Palma, apoyándose en el magnífico guión escrito por David Mamet, nos contó esta historia con impecable estilo y ritmo visual. Impecables fueron también las interpretaciones de los actores, todos en estado de gracia.
Secuencias inolvidables, como la muerte de Malone, o el tiroteo en las escaleras de la estación, que incluye momentos de gran tensión en los que el protagonista es un cochecito de bebé, ponen también de relieve la extraordinaria fotografía a cargo de Stephen H. Burum (colaborador de Da Palma en varios de sus films), que se conjuga magníficamente con los movimientos de cámara, sello del director.
Intimista, y con una atmósfera bien creada, obliga al espectador a integrarse en la película, y a empatizar con unos personajes bien perfilados.
La banda sonora, escrita por Ennio Morricone, nos ofrece sublimes momentos que potencian las escenas, y partituras épicas se entremezclan con otras mucho más sentimentales.
“Los Intocables de Eliot Ness” obtuvo cuatro nominaciones a los premios Oscar. Tan sólo consiguió uno de ellos, el de Mejor Actor de Reparto, que premió el buen trabajo de Sean Connery.
Para recordarla, tenemos su trailer
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