Revista Deportes

Reflexiones: ¿Realmente queremos porteros?

Publicado el 25 abril 2014 por Adrián Gómez @Guantespuestos

A continuación os dejo un artículo de opinión que he escrito para la web referencia de la comarca de Ferrolterra (A Coruña) www.voltaaria.com en el ámbito deportivo y más concretamente futbolístico. Es una reflexión que os invito a que leáis y que subo íntegramente aquí para que “no se pierda por el camino” ya que, a pesar de ser escrita con motivo de la situación actual del entrenamiento del portero en la base en mi ámbito más cercano, es perfectamente aplicable a muchas zonas geográficas de nuestro país, o incluso a un ámbito más general de nuestro deporte, no solo en referencia al guardameta, que es la parte que nos toca aquí. Espero que os sirva como reflexión.

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Tras mi experiencia en diferentes campus de entrenamiento para porteros, teniendo contacto directo con muchos niños con ilusiones y ganas puestas en la portería, es inevitable llegar a una serie de conclusiones que voy a relatar a continuación. Vivimos en una época fructífera para el mundo de los porteros en general, España es reconocida como la primera potencia mundial en cuanto a calidad de sus porteros y sus entrenadores específicos, contamos con unas referencias enormes como Iker Casillas o Víctor Valdés en los cuales muchos niños se fijan y quieren llegar a ser como ellos. Antaño los que queríamos ser como Zubizarreta, Arconada o Buyo eramos minoría y nos tachaban de locos. Sin embargo, algo falla en la comarca de Ferrolterra.

Tenemos buena materia prima, niños con muchas ganas de aprender, un referente en el fútbol profesional (Diego Rivas en Tenerife) pero, señores, el déficit de porteros con capacidad de llegar a un buen nivel competitivo es alarmante, y esto es culpa de todos.

Muchos nos quejamos de que no hay porteros, que no hay una buena generación de porteros para el futuro de los equipos de base en categorías gallegas o nacionales, que la mayoría no son fiables…y un largo etcétera. Me gustaría que todos hagamos una reflexión, ¿cuántos equipos de Ferrolterra tienen un entrenador específico para sus porteros debidamente cualificado? Se cuentan con los dedos de una sola mano, y sobrarían dedos.

Es de agradecer el trabajo de gente desinteresada que aportan su ayuda y colaboración para entrenar a sus guardametas, pero sinceramente, con eso solo, no basta. No podemos pretender ser entrenadores de porteros solo viendo videos de Youtube, Sambade haciendo esto, Llopis haciendo lo otro…cada ejercicio, cada gesto, cada acción, tiene su porqué y está enmarcado en un contexto que no aparece en los vídeos. Y lo peor es querer transferir esos entrenamientos de gente profesional y con un bagaje técnico amplísimo a niños o jóvenes sin una base técnica sólida. Es total y absolutamente contraproducente. Por eso lo ideal, es formar a esta gente que quiere ayudar y entrenar a sus pequeños guardametas, darles las enseñanzas básicas necesarias, o el asesoramiento con gente más experta en la materia, que la hay.

En una animada charla con Alberto Casal, entrenador de porteros de la SD Ponferradina (Liga Adelante) comentaba lo siguiente: “El entrenador de porteros es imprescindible para la base, ahí se ciñen los cimientos del futuro portero” y no le falta nada de razón a este gran entrenador, si descuidamos la base desde el primer momento, no podemos fiar nuestra suerte al “talento natural” del portero en cuestión, porque algún día no habrá “niños con talento” y nos echaremos las manos a la cabeza.

Con esto no pretendo criticar a nadie, lo que busco es concienciar a entrenadores, directivos, coordinadores, dirigentes, padres y demás estamentos del fútbol, en que para recoger, primero debemos sembrar, y para ello necesitamos las condiciones idóneas para que esto ocurra. Tenemos niños con ganas, dispuestos a trabajar y aprender, tenemos buenas instalaciones, pero no tenemos entrenadores específicos para estos niños. Y eso no es lo más duro, lo más duro es, siendo los porteros un colectivo maltratado en este deporte, escuchar a entrenadores y padres “rajar” sin piedad a un pobre niño que acaba de cometer un error y le han metido un gol. ¿Usted como padre se ha preocupado de si ese niño está debidamente entrenado? ¿O simplemente está puesto ahí como un “muñeco” y sólo lleva balonazos? Y usted entrenador, ¿se ha parado a enseñarle a su portero previamente como solventar esa acción en la que ha fallado hoy?

“No podemos exigir a nuestros porteros que hagan correctamente acciones que nosotros mismos no nos hemos parado a enseñarles”


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