Revista Ilustración

REFOYO Vs. CRESPO (ROUND 1)

Por Davidrefoyo @drefoyo
  REFOYO Vs. CRESPO (ROUND 1)     Es domingo. Mario Crespo se encuentra frente a mí y decidimos realizar una entrevista para aprovechar el lanzamiento de su próximo libro: Biblioteca Nacional (Eutelequia, 2012). Llevábamos tiempo intentando realizar esta serie, así que encuentro en este zumo de naranja el momento ideal para empezar a charlar. Desconozco qué toma Mario, se encuentra al otro lado de la pantalla, más allá de su cuenta de Gmail, pero me lo imagino fumando un pitillo y pensando cómo mezclar fútbol y literatura en sus respuestas.   David Refoyo (en adelante: D.R.): Abro su libro: Biblioteca Nacional. En las citas, me encuentro un fragmento del último título de Agustín Fernández Mallo, El Hacedor (de Borges), Remake (ed. Alfaguara 2011-2011), no hace falta ser muy crítico para darse cuenta que usted ha introducido este texto por dos motivos; el primero, por su creciente admiración hacia la obra de Agustín y asumiendo sus preceptos en sus propios libros; en segundo lugar, para comprobar hasta dónde llegan los tentáculos de la viuda de Borges, la señora Kodama. Dicho esto, ¿en qué medida podemos calificar su obra de Nocilla o postmoderna o post-posmoderna o, en última instancia, mutante? Por otro lado, ¿cree que su libro será retirado del mercado por contar, con todo género de detalle, los secretos de la Biblioteca Nacional? ¿Le vendría bien una retirada del mercado como le ha sucedido al señor Mallo?

  Mario Crespo (en adelante: M.C.): Nocilla desde luego que no es. Si acaso Nutella, que es más cremosa… Mire usted, señor Refoyo, yo soy de los que dice “Pan Bimbo” en vez de “pan de molde”, lo reconozco. Pero en literatura prefiero no hablar de marcas… Seré franco con usted: en realidad me atrae la literatura de Mallo, porque contiene mucha filosofía, y por eso lo cito, pero no consigue apasionarme, quizá porque denota cierta frialdad. No lo tengo muy claro… Al fin y al cabo, es una cuestión de gustos, mire usted.  Contestando a la segunda de las dos docenas de preguntas que usted enmascara bajo una sola, le diré que Daniel Ruiz García me tildó en una reseña de “postmoderno solvente”. Supongo que mi propuesta literaria refleja el tiempo que vivimos. Y ya está. Desde luego que no soy postmoderno porque sea una fórmula que suele funcionar. Lo que sí me parecería realmente original sería escribir una novela histórica postmoderna. Eso sería la rehostia para los teóricos.  Quizá Vilas sea capaz de hacerlo… Sobre la retirada del libro le diré que durante un par de meses fui vigilado de cerca, día y noche, por dos agentes vestidos de paisano. Desde que llegó el nuevo gobierno, no los he vuelto a ver. Supongo que será cosa de los recortes…  Y para finalizar: dudo que viniera bien la retirada del libro igual que dudo que a Hugo Sánchez le viniera bien el botellazo que le metieron en Las Llanas, estadio del Sestao, en 1987. De todas formas, aunque la novela esté ambientada en España, pretende extrapolar su historia a cualquier biblioteca nacional, incluso a cualquier biblioteca del mundo... Espero que nadie vea "fantasmas donde no los hay" [risas cómplices] D.R.: El protagonista de su libro, Pablo Villa, madridista confeso como su autor, se enfrenta a diario a la comparación, casi odiosa, con Pep Guardiola. Como madridista radical, ¿cree que someter a su protagonista a un cáncer de testículos es una forma de lanzar energía negativa al señor Guardiola, una especie de vudú futbolístico contra este hombre que se ha convertido en la pesadilla del Real Madrid? Si su respuesta es afirmativa, ¿Cuántos millones de ejemplares debería

vender para acabar con la hegemonía de Guardiola?

  M.C.: Pep Guardiola es un personaje incómodo para el madridismo; no sólo gana todos los títulos, sino que además es tan caballeroso y deportivo que ni siquiera los madridistas más radicales encuentran un argumento sólido para meterse con él. Que mea colonia, decían… ¡tú verás!, menudo insulto de mierda… Y eso es lo que fastidia: que encima no puedas atacarlo personalmente; porque, a fin de cuentas, es un tío majete y apreciable. De hecho, su papel es el de bueno de la película, y el de humilde, y todo eso… Pero a pesar de ello, no se comporta como el típico héroe americano, sino como un tipo auténtico que tiene su personalidad. Por eso, Guardiola, como bien apunta usted, es una pesadilla para el madridismo en todos los aspectos. Pero no le deseo nada malo, ni mucho menos, ésas son exigencias del guión, lo único que le pido es que deje el Barça cuanto antes. Por otro lado, Guardiola es uno de los pocos futbolistas con cierta formación literaria, y me parecía un personaje muy novelesco en su papel de bueno. 

  D.R.: Usted ha trabajado en la Biblioteca Nacional, ¿ha realizado egobúsquedas entre los históricos anaqueles del edificio o se declara más usuario de Google? (Doy por sentado que realiza egobúsquedas, no se moleste).

  M.C.: En los anaqueles nunca hice egobúsquedas, pues la mayor parte de los fondos se encuentra en el depósito de Alcalá de Henares. Eso no lo cito en el libro para que la sede de Recoletos, la principal, acapare toda la magia que pretendo que tengan sus depósitos en la novela. Pero, definitivamente, soy de Google. De hecho, el libro plantea esta dualidad entre el papel y el digital: el personaje trabaja en la BN, pero jamás recurre a sus fondos para recuperar información; lo hace siempre a través de Internet, generalmente con el motor de búsqueda Google.  Obviamente, el personaje es consciente que el digital ahorra tiempo, esfuerzo y dinero. Pero, por otro lado, se deja atraer por la magia que desprenden las bibliotecas como centros que aglutinan el saber. Y esa atracción termina por convertirse en una necesidad vital para él. En resumen, lo que no tiene el digital es lo único que el personaje busca: lo espiritual.

  D.R.: Admiro profundamente las entrevistas en medios locales, de provincias, por ese motivo, y como homenaje a ese otro periodismo ¿qué le gustaría que le preguntasen en un medio local además de por sus influencias, sus proyectos de futuro o la manida cuándo empezó a escribir?
M.C.: Una vez me preguntaron algo así como “¿sale Zamora en el libro?”. No sabía si me estaban preguntando si la historia transcurría en Zamora, si había alguna alusión a la ciudad de Zamora, si la historia era una alegoría del ostracismo al que está condenada la provincia de Zamora o si había algún personaje femenino llamado Zamora. Contesté que no, que transcurría mayormente en Leeds, una ciudad del norte de Inglaterra. ¿No hubiera sido más fácil hacerme entrevista tras leer el libro, o al menos la sinopsis y alguna reseña del mismo?

Volver a la Portada de Logo Paperblog