En la segunda quincena de julio, aunque aún no se alcanzan grandes cifras, la migración postnucpial ya está a pleno rendimiento. Esta mañana un grupo de gaviotas reposaba en la ensenada de Bañugues.
La mayor parte del bando eran gaviotas reidoras Chroicocephalus ridibundus, que en este mes de julio alcanzan un pequeño pico migratorio. Habia un total de 23, con 20 aves adultas, en las cuales aún es muy visible la caperuza de marrón chocolate.
Es normal que en julio aparezcan también las primeras gaviotas cabecinegras Ichthyaetus melanocephalus, y en el bando de hoy había 3 ejemplares, 2 de ellas adultas. También es visible aún la caperuza de color negro, aunque ya comienza a desaparecer.
Una de las dos adultas tenía anilla metálica, probablemente belga. Las aves que van llegando ahora proceden de las colonias más cercanas del oeste de Europa. Ahora que muchas gaviotas aún conservan buena parte del plumaje nupcial podemos realizar comparaciones entre ellas.
La tercera cabecinegra era un ave juvenil del año, el primero que observo esta temporada, es normal que lleguen en la segunda quincena de julio.
Son muy llamativas en los jóvenes las plumas coberteras y escapulares con todo el centro marrón y los bordes grises, además del pico recto y negro; muy diferentes de los jóvenes de gaviota reidora, en la que predomina el marrón chocolate. El pico también es distinto, más fino y rojizo.
Aquí se ven a ambos juntos para comparar:
Los jóvenes de gaviota reidora además ya están mudando en su mayor parte al plumaje de primer invierno, y se aprecian marcadas diferencias entre ellos.