Mis raíces religiosas se hunden en los recuerdos de la infancia. En muchos lugares Latinoamericanos, la religión Cristiana tiene todavía una muy fuerte presencia en la vida social y hasta marca los ritmos de vida comunitarios. Cuando el dos de Febrero me encontraba en México por trabajo, me dijeron que aquel día no se trabajaba pero nadie me dijo que era la fiesta de la Candelaria y que en México se vive como una importante fiesta familiar.
El apogeo de todo esto barullo se produjo a la salida de una de las muchas misas que se celebraban a lo largo del día. Me encontré en el medio de decenas y decenas de hombres, mujeres, niños, mayores, todos vestidos de fiesta y todo con por lo menos un niño Jesús entre sus brazos. Empecé a hacer fotos a lo que me llamaba la atención y esto es el resultado resumido de aquel momento.
¿Qué es la fiesta de la Candelaria? Sus orígenes remontan a la costumbre que se tenía en la antigüedad de presentar el recién nacido al templo, después de 40 días de su nacimiento. Cuando José y María llevaron su hijo Jesús al templo, parece que un anciano cuyo nombre era Simeón, dijo que Jesús sería la luz que iluminaría a todos los Hombres. Por esto, en la fiesta actual, se llevan muñecos del niño Jesús y las velas como símbolo de la luz y de aquí deriva el nombre de la fiesta de la Candelaria.
La gente que me encontré a la salida de la iglesia me explicó que en México la fiesta consiste en preparar al niño Jesús con vestimenta elegante. Aunque no expresamente declarado y más bien negado por todos, se genera así una competición encubierta a quien tiene el niño Jesús más guapo, elegante y brillante; típicamente toda la familia asiste a la misa en la iglesia y aquella persona que encontró el niño en la rosca de reyes, tiene que organizar una fiesta que termina con una merienda familiar, en la cual se sirven tamales, atole de sabores y chocolate caliente. La semana que viene el post tratará de fotografía emocional y metafórica en Madrid…