Teóricamente, por fin, todo este mes navideño ya acabó dejándonos los hígados saturados, las barrigas bien llenas y los bolsillos vacíos. Como vacíos han quedado muchos corazones que no han podido retener ese amor que buscaban mediante el alcohol, los dulces o las comilonas. Y menos mal que el mundo no se acabó, como decían algunos, ya que menudo corte de digestión hubiéramos tenido. En fin…
Prácticamente no se ha acabado este desbarajuste económico y nutricional ya que ahora nos invaden con las rebajas. ¡Menuda la gracia! Después de lo que nos costó hace dos días todo lo comprado y ahora está a mitad de precio, pero parece que nadie rechista ni se enfada ya que lo ve como algo normal. A nivel nutricional puede que sigamos comiendo los restos navideños resacosos, los turrones pasados (que caducan en octubre de este año) o puede que comamos como pajaritos para reequilbrar a nuestro estómago y nuestra cartera.
¿Qué podríamos hacer para paliar tales excesos? A nivel económico no me quiero meter en las finanzas personales pero a nivel nutricional es mi deber echar un pequeño cable para que luego no hayan recaídas o desequilibrios nutricionales y más en época invernal que necesitamos calor para no coger ningún resfriado, típico en estas fechas:
- Lo primero, un gran esfuerzo para dejar de lado todo tipo de azúcar (dulces, bollería, turrones, zumos industriales, frutas…), el alcohol y la proteína animal. Sin dar este gran paso no podremos seguir con los siguientes.
- Lo segundo, empezar a introducir cereales integrales bien cocidos acompañados de verduras de la estación.
- Lo siguiente introducir kuzu(Más info sobre el kuzu aquí), que ya he hablado muchas veces de él, para regenerar nuestra flora y ayudar a nuestros intestinos a desechar los excesos navideños. Excelente para los que se han pasado con el alcohol estos días ya que los antiguos médicos chinos lo recetaban para los problemas con el alcohol. Lassopas calientes con hatcho miso (recetas aquí) acompañados con jengibre fresco cocinado son ideales y así no rehidratarnos sólo a base de agua mineral.
Más o menos esto sería lo idóneo para llevar a cabo durante un par de semanas y luego ya ir introduciendo las proteínas vegetales o animales y así dejar de lado los analgésicos, los antiácidos y demás potingues. Si lo queremos acompañar con algo deejercicio aeróbico pues mucho mejor y así aceleramos nuestro metabolismo dormido.
No he dicho nada que nadie no supiera pero claro, parece que necesitamos que alguien nos recuerde cada año por dónde tirar y encaminar nuestra salud nutricional a principios de enero en vez de empezar a comprar todas las posibles colecciones por fascículos que luego nunca acabamos o los típicos propósitos incumplidos desde el primer día como dejar de comer. Así que por favor que ahora nadie se me muera por inanición porque ésta no es la solución. Sin quererlo me ha salido un pareado.
Salud y Buenos Alimentos
Yo Isasi