Revista Vino

Reto 2011: días de complejidad

Por Jgomezp24

Que las tierras que dan grandes vinos tintos, pueden dar grandes blancos también, lo saben las piedras que las pueblan y los viñerones que las cuidan. La historia nos enseña que el prestigio y el dinero han venido de los tintos, pero la experiencia y la buena guarda nos dicen que los blancos siempre acaban siendo esa "liebre" que hay que cazar, esa "sorpresa" que hay que perseguir. Y la Manchuela no iba a ser una excepción...Juan Antonio Ponce lo demuestra aunque para hacerlo, tenga que proponerse un reto e, incluso, darle a su vino blanco ese nombre, Reto. Reto por la albillo, única, que da contenido a este vino. Reto porque la casa y la razón social de la bodega están en Iniesta pero la bodega donde el vino se hace y crece está en Villanueva de la Jara. Reto porque este vino, como todos los de Ponce, se hace sólo con las levaduras que proceden del viñedo y de la tierra que cuidan Juan Antonio y su padre. Mejor cuidas tu tierra, menos la tratas, mejores levaduras tienes. Chauvet dixit...
Aunque a veces se tenga que sufrir y se pida a las barricas (donde el vino se hace) que ayuden a Arrancar por Dios (abreviado APD: vocabulario básico del vino natural) ¡la fermentación! Había empezado a beber los vinos de Juan Antonio gracias a la tienda que Benoît Valée tenía abierta en Gràcia, L'Ànima del vi (ahora bar de vinos naturales en el Born). Clos Lojén, La Casilla, PF...vinos que siempre me atrajeron y me gustaron. Pero en Alimentària 2012 conocí Reto...Juan Antonio andaba por la feria probando vinos y yo charlé (poco) y bebí (bastante más) con su padre, hombre discreto y tenaz que apoya a su hijo de manera ejemplar. No es tarea fácil, no. Estoy casi harto de ver (y no contar) los problemas, las trifulcas, los enfados y las riñas que los jóvenes tienen con sus mayores "por culpa" de las ideas que quieren estos introducir: que si labramos menos, que si el marco de plantación, que si no echamos herbicida ni pesticida, que si cobre y azufre el mínimo, que si levaduras las del viñedo...El Sr. Ponce está con su hijo y lo pude comprobar cuando estuve en su bodega, un año después de Alimentària. Bebí Retó 2012 de la barrica y me pareció un vino soberbio. Ya llegará.
Pero mientras tanto, toca beber y disfrutar del Reto 2011, un vino de 13,5%, monovarietal de albillo que sólo se encuentra en los viñedos de los Ponce. Un vino único que ofrece mucho sobre todo si se tiene la paciencia de no beberse la botella de una sentada. Con vinos así casi me lo impongo: los días te dan matices y te susurran complejidades de una uva, de una tierra, de un trabajo y de unas personas que hablan poco pero tienen mucho que decir. CO2 todavía en la copa y en boca, que sienta de maravilla al vino: es su mejor protección. Membrillo en sazón. Levadura de París. Frescura, arcilla y canto rodado. Hierbabuena. Agilidad. Raíces y tubérculos. Profundidad. Interés y atractivo. Ágil pero con carácter. Un año de botella le ha sentado de maravilla pero tiene para largo: un vino que vivirá años. Con las horas, se abre a la cidra, a la mazorca de maíz al horno. Campos de lavanda en flor. Jabón de Marsella. El vino crece y corre con tres y cuatro días. Es un corredor de medio fondo: buen trotón, que se cansa poco y se muestra vivo y entero hasta el final, alegre, de la botella. Un vino que da mucho más de lo que vale.
Postcriptum. No lo hago casi nunca, pero como el jefe aquí soy yo...me apetece dedicar este post a un cura, a una sumiller y a un químico que me han dado, con sus palabras, mucho más de lo que reciben de mí.

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