Imagen: roundthelab.tumblr.com/
Este post llevo retrasándolo más de 2 semanas, así que espero poder publicarlo el día de hoy. Salió publicado un artículo de Apoorva Mandavill en Nature que llamó mi atención, el por qué, es muy sencillo de explicar, mi interés por la ciencia y los medios de comunicación tradicionales se han manifestado a lo largo de los artículos que he escrito tanto en Medtropoli.net como en El Ocio de la Ciencia y la borla del ombligo. Sí a este ya exquisito caldo le agregamos que también analiza el papel de las redes sociales y lo aderezan con los fraudes que han aparecido en los últimos meses en revistas de gran renombre, el platillo se vuelve realmente apetitoso. Como lo mencionaba, Mandavill menciona un tema que no es extraño para aquellos que me hayan leído en alguno de mis blogs, el uso de las redes sociales es cada vez más popular entre la gente que se mueve en la Ciencia y la Medicina, algunos estudios han mostrado que el nivel sociocultural es más elevado en Twitter que en Facebook. Tal vez sea lo anterior solo un motivo, junto con el hecho de que resulta más sencillo para cualquiera medir la reacción que genera un artículo o una noticia determinada en Twitter a través de los Trending Topics, que la editorial mencionada se enfoque principalmente a esta red social, pero un hecho indiscutible es que Facebook no se queda muy dispar. Lo que me resultó interesante fue el planteamiento de que Twitter, los blogs y demás redes sociales se han presentado como una nueva tendencia, aún más fuerte que la revisión por pares en las revistas. Esta situación que bien señala Mandavill tiene dos filos, por un lado es cierto, la información se difunde más rápido, pero resulta curioso, en muchas ocasiones las opiniones o críticas a un artículo se disparan como un polvorín, pero la noticia de la retracción de una revista, o alguna situación similar, inclusive un artículo de gran impacto pero poco polémico no genera tanta algarabía. Personalmente navego también por otras redes sociales más enfocadas al intercambio de información, como son Digg, Delicious y Technorati, estas más generales y en cuanto a Ciencia y Medicina se refiere Connotea, CiteULike y Zotero. En realidad y aunque no debiese ser así, me desenvuelvo poco en estas últimas, únicamente las uso para manejar mi bibliografía, tenerla siempre a la mano y compartirla, pero genero poca opinión en ellas, pero por lo visto y aunque “mal de muchos, consuelo de tontos“, pareciese que eso le pasa también al restoo de la comunidad científica. El impacto de las noticias en Twitter y Facebook, tal vez por su carácter global es aún mayor y es por ello, a mi juicio, que los mismos interesados en la Ciencia y la Medicina nos hemos acercado más a ellos, es fácil elegir a quien seguir o leer, pudiendo hacer inclusive listas para consultar más frecuentemente la opinión de los colegas, pero al mismo tiempo, hacemos que nuestro parecer sobre cualquier tema sea difundido más allá de la comunidad científica y se logre una interacción con el resto de la gente, haciendo que esta tenga más interés en la Ciencia, la Medicina y/o la Tecnología. Pero Mandavilli propone que tal vez las redes sociales pudieran ser un nuevo medio de “revisión por pares” y me resulta aún más llamativo el comentario que cita:
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