Revista Cultura y Ocio

Rogelio Guedea .- en el cielo crecido de fulgor...

Publicado el 27 diciembre 2017 por Biblioteca Virtual Hispanica @BVHispanica
En el cielo crecido de fulgor. agrio de noches que 
comí. recordé la vez que mamá me sacó como pedazo 
arrancado de su carne. recordé un día esa noche que no 
podía salir de su carne magullada. sucia como casa que 
no alquiló nunca la alegría. condenada estuvo de mí a 
tenerme. condenada. y abuela carito dicen que la consolaba
con emplastos. con lluvias que hizo caer para que mamá
no llorara mi desgracia más. tía yolanda y tío jorge se 
hermanaron. dicen. tío jorge sudó fuegos que ya se 
marchitaron por sacarme. lo que pasa es que yo no quería 
salir de ahí. estaba bien ahí mamando de su sangre. 
alimentando mi gloria pequeñita. ahora tío jorge maldice 
mi existir. maldice mi escribir poemas a tu rostro. me 
maldice. y tía yolanda se quedó callada como muerta. que 
aún es peor. y cuando salí por fin de esa iglesia que parecía 
una mar llena de veleros. pececitos. peñas o peñascos o como 
se diga. vi a papá llorando como niño del que dios no se 
acordó. lo vi tirado como caballo viejo. llorando porque el 
señor doctor le dijo esta criatura mejor debió morir. eso le 
dijeron los doctores matadores a papá que lloraba. si tú lo 
hubieras visto como yo lo vi. mujer. te hubieras también 
llenado de amargura. un charco de amargura se hubiera 
clavado como palo en lo tierno de tu amor. eso dijeron los 
doctores. los doctores dicen cosas que ellos nunca entienden. 
hablan de la muerte riendo como señoritas y fuman luego en 
los pasillos mientras papá llora mi desgracia. abuela carito 
dice que tenía una cabeza y luego otra cabeza encima de la 
cabeza que tenía. pero eso no fue lo peor. lo peor fue cuando 
vieron que me salían luciérnagas de los ojos. palomas que 
levantaron del suelo a papá. a volar a volar le decían las 
palomas que me salían de los ojos. la madre lupe lo supo la 
noche que subió las escaleras y vio mis manos grandes. no se 
sabe todavía si eran manos o vientos que me empezaron a 
crecer. o pájaros que croaban o ranas que piaban tu rostro 
hecho de luces caídas como lluvia. la noche que la madre lupe 
vio mis manos estaba la lluvia arreciada. yo sólo recuerdo 
que me subían pedazos de tu ser. maderos que tenían tu 
nombre. y papá se amarraba como soga de barco grande a 
su esperanza. veía en mis ojos porvenires. veía senderos en 
mis pies o caminos anchos como mujeres gordas. era entonces 
que papá se alegraba un poco y dejaba de llorar. era entonces 
que abrazó a mamá cuando la madre lupe dejó caer como 
piedra su presagio. no recuerdo qué presagio dejó caer la 
madre lupe en mi raíz. sólo recuerdo que tu rostro se llenaba 
de calles que caminaría o ciudades o países donde ahora estoy 
anclado. empolvado de distancia. quemado como ese día que 
los doctores matadores. viendo cómo volaba papá. temieron 
mi vivir.

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