Rafael Nadal no podía pedir un mejor regalo de cumpleaños: el boleto a la final de Roland Garros. En el primer duelo de semis, el español derrotó al escocés Andy Murray, cuarto preclasificado, y se aseguró un lugar en el partido decisivo del domingo. Tres horas y 17 minutos necesitó Rafa, primer sembrado, para doblegar a un dignísimo rival, que nunca se dio por vencido pero terminó cediendo ante la superioridad del número uno del mundo, quien se impuso por 6-4, 7-5 y 6-4. El mallorquín irá ahora por su sexto título -el segundo consecutivo- sobre el polvo de ladrillo parisino.
El español salió muy enchufado a la cancha y, desde el primer game del set inicial, desplegó un tenis muy ofensivo. Sin embargo, el escocés no regaló nada y aguantó muy bien el ritmo, por lo que el parcial resultó muy parejo y entretenido. Los números reflejan la paridad del juego: 73% de efectividad con el primer servicio para el ibérico, 77% para el británico; 12 tiros ganadores y 13 errores no forzados para el español, contra 11 y 12, respectivamente para Murray.
Rafa arrancó jugando muy profundo con su derecha y consiguió un quiebre rápidamente para adelantarse 2-1. El británico estuvo cerca de recuperar el saque en el siguiente game, pero Nadal se mantuvo muy tranquilo y salvó tres break points. En desventaja en el marcador, Murray pareció irse del partido y Nadal, muy firme con su revés, aprovechó para volver a golpear. El mallorquín concretó otro break, se puso 5-2 y tuvo la chance de sacar para cerrar el set. Pero el escocés no se rindió, respondió muy bien a la constante presión de Nadal y acortó distancia (4-5), con un juego de mucho altura y efecto. Otra vez, el número uno del mundo tuvo chance de cerrar el set y se adueñó -finalmente- del primer capítulo.
El encuentro continuó muy parejo en el inicio de la segunda manga, con un juego de ataque y contraataque constante. Aunque con el correr de los minutos, Murray fue perdiendo un poco el ritmo y la efectividad con su saque (metió el 59% del primero), continuó jugando en un muy alto nivel y exigiendo al máximo a su rival. Nadal, en tanto, no disminuyó la presión y siguió muy firme con su drive. En el quinto game, Rafa concretó un quiebre, para el 3-2; pero el escocés respondió con otro break e igualó todo en tres.
El partido era cada vez más intenso. Ninguno de los dos daba ninguna pelota por perdida y los puntos se hicieron largos, con mucho peloteo y tiros de mucho efecto. Con un quiebre más por lado, llegaron a 11º game. El español -muy rápido de piernas- aceleró, consiguió otro break y se pudo 6-5. Ese golpe comenzó a quebrar mentalmente al escocés y Rafa aprovechó para cerrar el set.
Murray salió a jugar el tercer capítulo desconcentrado y rápidamente el ibérico sacó una ventaja de 2-0. Aún estando break abajo, el escocés no se rindió; y, aunque por momentos se iba del partido, de a ratos sacaba a relucir un tenis agresivo y le jugaba de igual a igual al español. Así, Andy tuvo chances de recuperar el quiebre en varios games. El servicio de Rafa fue clave en cada una de esas ocasiones. Cuando el británico presionó, el español apostó a su potente saque -con el que estuvo intratable (76% del primero, con 24 de 31 de puntos ganados)- y evitó la reacción de su rival.
Murray hizo un partido excelente y mostró un tenis de un altísimo nivel. Pero, Finalmente, la fortaleza mental y física y el tenis casi perfecto de Nadal fueron demasiado para el escocés. Rafa selló el resultado sin grandes problemas y -en el día de su 25º cumpleaños- se regaló el pase a la final, donde espera por Novak Djokovic o Roger Federer, quienes jugarán a continuación.
Cuadro de singles masculino de Roland Garros
Foto: Yahoo Sports