Rollitos de Lomo Guisados, Rellenos de Jamón y Queso con Fideos Vermicelli

Una forma diferente y rica de comer el lomo.

La combinación del relleno, es un clásico que nunca falla, y la salsa que los acompaña,

junto con el toque crujiente de los fideos vermicelli,

hacen de esta sencilla receta, un bocado delicioso, y además, es de esos platos que se preparan con antelación, y que ganan en sabor al día siguiente :-)

- 8 filetes de lomo de cerdo cortados finos
- jamón ibérico en lonchas (se necesitarán 4, ya que éstas son más grandes que los filetes de lomo)
- 8 lonchas de queso
- 1 cebolla
- 1 pimiento
- 1 zanahoria
- 2 dientes de ajo
- unas ramas de perejil
- 1 vaso de vino tinto
- un chorrito de salsa de soja
- un chorrito de salsa perrins
- 1 cucharada concentrado de caldo de carne
- fideos vermicelli para la guarnición.

- Rellenar los filetes de lomo con una loncha de jamón (cuanto mejor sea el jamón, mejor sabrá el rollito) y otra de queso, procurando que el relleno no se salga de los filetes de lomo.
- Envolver el lomo, formando un rollito, y cerrar con palillos o hilo de cocina.
- Freir en un buen aceite de oliva virgen, vuelta y vuelta, para sellar la carne y evitar así que se salgan sus jugos durante la cocción.
- Sacar a una fuente y dejar a la espera.
- Picar finamente la cebolla, el pimiento, la zanahoria y rehogar en el aceite utilizado de freír el lomo.
- Machacar en el mortero los ajos, junto con el perejil y desleír con el vino tinto.
- Incorporar el majado a la fritura anterior y dejar un momento para que se evapore el alcohol.
- Agregar la salsa de soja, la salsa perrins, el caldo concentrado y un poco de agua (el suficiente para que la salsa cubra los rollitos). Revolver bien la mezcla para que se integren todos los ingredientes.
- Distribuir los rollitos de lomo en la salsa y cocer unos 20 minutos a fuego lento. El tiempo, dependerá del grosor de la carne.
- Una vez que estén cocidos, retirar los palillos o hilos.
- Freir los fideos vermicelli en abundante aceite caliente. Estos fideos se fríen de inmediato. En cuanto tocan el aceite, cambian su textura y ya están listos para servir como guarnición.