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Sagitario A: El espectáculo de luces del agujero negro central de la Vía Láctea

Publicado el 24 febrero 2025 por Astronomy

El centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea, alberga un agujero negro supermasivo conocido como Sagitario A* (Sgr A*). A pesar de su naturaleza invisible, este coloso ha revelado recientemente una faceta dinámica y brillante, gracias a las observaciones realizadas con el telescopio espacial James Webb de la NASA. Un equipo de astrofísicos ha obtenido la visión más larga y detallada hasta la fecha de este enigmático objeto, mostrando un comportamiento inesperado y fascinante.

El agujero negro Sagitario A* es famoso por su inmensa gravedad, capaz de atraer y consumir materia de su entorno. Este material se organiza en un disco de acreción, una estructura giratoria de gas y polvo que, al ser absorbida por el agujero negro, genera emisiones de radiación. Lo que ha sorprendido a los investigadores es que este disco no muestra un comportamiento uniforme, sino que emite llamaradas de luz de manera constante y sin un patrón aparente.

Gracias a la cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) del telescopio Webb, los astrónomos pudieron observar el centro galáctico durante 48 horas, repartidas en sesiones de 8 a 10 horas a lo largo de un año. En ese tiempo, registraron un espectáculo de «fuegos artificiales» cósmicos: destellos brillantes que surgen y desaparecen en intervalos de tiempo variables. Mientras algunas llamaradas duraban apenas unos segundos, otras persistían durante horas o incluso días.

Sagitario A: El espectáculo de luces del agujero negro central de la Vía Láctea

Farhad Yusef-Zadeh, de la Universidad Northwestern en Illinois y líder del estudio publicado en The Astrophysical Journal Letters, expresó su asombro ante la actividad de Sgr A*. “En nuestros datos, vimos un brillo en constante cambio y efervescencia”, comentó. «Y entonces, ¡boom!, de repente apareció una gran explosión de brillo. Luego, se calmó de nuevo. No pudimos encontrar un patrón en esta actividad. Parece ser aleatoria”.

El nivel de actividad detectado por el telescopio Webb superó las expectativas. Las observaciones revelaron que el disco de acreción generaba entre cinco y seis grandes llamaradas al día, intercaladas con múltiples subllamaradas más pequeñas. Este comportamiento errático sugiere que el entorno inmediato del agujero negro está sometido a procesos físicos extremadamente dinámicos y complejos.

Aunque los mecanismos exactos detrás de estas llamaradas aún no están completamente comprendidos, los investigadores han propuesto dos posibles explicaciones para estos destellos de luz.

  1. Fluctuaciones en el disco de acreción: Se cree que las llamaradas más débiles son el resultado de pequeñas perturbaciones dentro del disco de acreción. Estas turbulencias pueden generar la compresión de plasma (gas caliente y cargado eléctricamente), desencadenando una breve emisión de radiación. Este fenómeno se asemeja a las erupciones solares en nuestra propia estrella.
  2. Reconexión magnética: Las llamaradas más brillantes y duraderas podrían deberse a eventos de reconexión magnética. Este proceso ocurre cuando líneas de campo magnético opuestas chocan y se reorganizan, liberando una enorme cantidad de energía. La energía liberada acelera partículas a velocidades cercanas a la luz, provocando explosiones de radiación particularmente intensas. En palabras de Yusef-Zadeh, “Un evento de reconexión magnética es como una chispa de electricidad estática, que, en cierto sentido, también es una ‘reconexión eléctrica’”.

El estudio de las llamaradas de Sagitario A* no solo nos ayuda a comprender mejor la dinámica de los agujeros negros supermasivos, sino que también nos proporciona pistas sobre los procesos físicos fundamentales que rigen el universo. Las observaciones con el telescopio Webb han revelado detalles inéditos sobre la interacción entre los campos magnéticos y la materia en el entorno extremo de un agujero negro, lo que puede tener implicaciones en múltiples áreas de la astrofísica.

Además, comprender cómo se alimenta Sgr A* y cómo varía su actividad puede ofrecernos información clave sobre la evolución de nuestra galaxia. Aunque en la actualidad Sagitario A* es un agujero negro relativamente inactivo en comparación con los núcleos galácticos activos de otras galaxias, su comportamiento pasado pudo haber sido más violento. Estos estudios podrían ayudarnos a reconstruir la historia de la Vía Láctea y predecir su futuro.

El telescopio James Webb continuará proporcionando datos sobre el centro galáctico, permitiendo a los astrofísicos analizar la evolución a largo plazo del comportamiento de Sgr A*. A medida que se acumulen más observaciones, los científicos podrán refinar sus modelos y comprender mejor los procesos físicos que gobiernan la materia en los entornos extremos de los agujeros negros.

En última instancia, estos descubrimientos no solo expanden nuestro conocimiento sobre Sagitario A*, sino que también nos acercan a una comprensión más profunda del cosmos en su totalidad. Mientras el telescopio Webb sigue escrutando el cielo, es probable que este espectáculo de luces cósmico nos brinde aún más sorpresas en los próximos años.

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