Se acerca el buen tiempo y no podíamos pasar por alto comidas fresquitas y sencillas de nuestra gastronomía mediterránea. Como andaluz que soy y además cerca de la tierra cordobesa he decidido preparar este plato tan sencillo y tan apetecible en este tiempo casi veraniego. El salmorejo cordobés tal como lo conocemos hoy en día, varía un poco de la receta original de la que viene, que no llevaba tomate. De ahí el nombre de salmorejo blanco. Pero con la incorporación del tomate, para mí un acierto, tomó el color rojo y pasó a llamarse como lo conocemos hoy. Este plato es muy barato, rápido y sencillo de preparar a si que debéis hacerlo.
Ingredientes para 1 litro aprox (6 personas)
1 kilo de tomates maduros (variedad pera preferiblemente)
200 gr de pan duro
250 ml de aceite de oliva
1 diente de ajo
Sal
Vinagre
Lo primero que debemos hacer es pelar los tomates como os enseñamos en el truco. Una vez que los tenemos todos sin la piel, los trituramos conjuntamente con el ajo en una batidora y lo metemos en un recipiente amplio. Añadimos el pan previamente rayado, el aceite, sal y un chorreoncito de vinagre. Con ayuda de la batidora batimos todo muy bien. Tiene que quedar una consistencia de crema espesa. Lo probamos y corregimos de sal y vinagre. El salmorejo se tiene que servir bien frío. Yo lo meto una media hora antes de servir en el congelador. No os olvidéis de removerlo bien antes de servir. Para presentar lo servís en un plato hondo y podéis picar jamón, huevo cocido y un poco de aceite de oliva por encima. Ya me contaréis que tal os queda, para mi gusto, espectacular!