Revista Cine
Definitivamente la parca está haciendo horas extras antes de, esperemos, irse de vacaciones en agosto.
Si hace unas horas sabíamos que se había llevado a Jeanne Moreau, esta tarde salta la noticia que se ha llevado también a Sam Shepard.
El polifacético estadounidense falleció con 73 años librándose de una irremediable enfermedad que le mantuvo limitado a él, espíritu inquieto e independiente que hemos visto en alguna super producción porque, desde luego, hay que comer y el excelente teatro que escribió tiene poco de comercial.
Muchos le recordarán como actor en Mud y en Killing Them Softly por citar dos ejemplos bastante recientes, pero donde realmente pasará a la historia del cine, probablemente, será en su labor literaria unida al cine: por suerte su exasperante experiencia con Antonioni en Zabriskie Point no le amilanó y siguió adelante.
Veamos los títulos de crédito de Paris, Texas y prestemos atención, porque la pieza es de Shepard, tanto como de Wenders o de Cooder:
Descanse en paz.