INGREDIENTES
- Obleas para empanadillas (las pequeñas)
- 3 morcillas
- 1 cebolla grande
- 2 cucharadas soperas de aceite
- 3 cucharadas soperas de azucar común
- Cebollino para el lacito
- 1 huevo para pintar
Tenemos que dejar que se atempere un poquito el relleno de los saquitos sin que llegue a enfriarse del todo. Y empezamos a rellenar las obleas. Con la ayuda de una cucharilla ponemos un poquito del relleno en el centro de la oblea y mojando los bordes con un dedo empapado en agua le damos la forma de saquito.
Con una hoja de cebollino hacemos un lacito. Ojo! Sin apretar demasiado porque si no, se nos partirá el cebollino. Si no tenéis cebollino no pasa nada, se puede hacer cortando finito un puerro o el rabo de una debolla tierna. Y si no tenéis nada de esto tampoco ocurre nada. Simplemente es un elemento de decoración.
El último paso es pintar, con la ayuda de un pincel de cocina, los saquitos con huevo batido. Y al horno que, habremos precalentado previamente. El horno debe estar a 180º y en unos 15-20 minutos ya tendremos nuestros saquitos cocinados y listos para comérnoslos. Es importante ir echándole una ojeada de vez en cuando porque dependiendo del horno tardarán más o menos en estar listos. Deben quedar doraditos pero no quemados. Lo ideal es que los metáis en el horno justo antes de presentarlos. Aunque, aguantan perféctamente un par de días cocinados. Pero calientes están mejor!
Es una receta facilísima y muy rápida. En mi casa triunfó en Nochevieja. Además, están de vicio. Ya me contaréis si los probáis. Espero que os haya gustado la receta.
Besos.
María.