Resurrección (México, 2016), de Eugenio Polgovsky. Un encabronante documental -parece que no podemos hacer de otro tipo en este país- sobre lo que hemos hecho con el llamado "Niágara mexicano". Este lugar de Jalisco era conocido así porque había una enorme y hermosa cascada que, en la actualidad, prácticamente ha quedado seca por la criminal contaminación propiciada por las empresas de la zona ante la inacción -o complacencia- de los sucesivos gobiernos nacionales y/o locales. Los pueblos de los alrededores, El Salto y Juanacatlán, tiene ahora una población empobrecida y enferma. Carajo. Y doble carajo porque, además, perdimos a Polgovsky, uno de los mejores documentalistas del nuevo siglo en nuestro país. Una desgracia. (** 1/2)
Viudas (Widows, GB-EU, 2018), de Steve McQueen. El cuarto largometraje de McQueen es una convencional heist-movie que es algo más que una convencional heist-movie... sin dejar de ser esto último. Por acá, mis argumentos. (**)
Érase una vez (México, 2018), de Juan Carlos Rulfo. El más reciente largometraje del documentalista Juan Carlos Rulfo nació, aparentemente, como un suerte de homenaje a su padre, Juan Rulfo, quien solía viajar por todo el país, mandándole fotos de los lugares que visitaba. Con el paso del tiempo, esa idea se transformó en otra cosa: no solo una visión al pasado, sino en un mirada hacia el futuro.La protagonista es la niña Luisa Rulfo Leduc, hija del cineasta, nieta del escritor, que sueña -es decir, se imagina y viaja a través de las imágenes captadas por su papá- con este México plural, rico en tradiciones, fiestas e historias. Estamos ante un vibrante -aunque algo repetitivo- collage documental filmado en Veracruz, Oaxaca, Guanajuato, Guerrero y Estado de México. (* 3/4)
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