Revista Maternidad

Seguridad en los productos infantiles

Por Bebemon

Escoger productos para el bebé puede resultar complicado. Distintas prestaciones, modelos, estilos, precios… pero algo está fuera de cualquier duda: la seguridad de tu bebé.

Afortunadamente, la normativa europea es de las más estrictas y exige las mayores garantías a todo producto que quiera salir al mercado. ¿Cómo asegurarnos de que es así?

Seguridad en los productos infantiles

photo © 2010  D Sharon Pruitt | more info

No son pocas las veces que leemos sobre productos infantiles de los que se desprenden piezas pequeñas, que el bebé puede llevarse a la boca y ahogarle. O con esquinas que permiten que el dedo del bebé quede atrapado. O sillas de paseo con riesgo de lesiones por mala postura o de accidentes por fallos en el sistema de frenado. O juguetes con riesgo de asfixia por un acceso demasiado fácil a las pilas. O portabebés tipo hamaca o sling, hechos de tela, que pueden provocar la muerte por sofoco si se usa mal y la tela bloquea la nariz o la boca del bebé. ¿Qué medidas existen para evitar estos casos?

1. La etiqueta CE indica que los productos se han fabricado siguiendo las directrices comunitarias de seguridad y atribuyen la responsabilidad al fabricante, a su representante en la Unión Europea o al responsable de su comercialización. Pero no significa que hayan sido sometidos OBLIGATORIAMENTE a ensayos y pruebas independientes. El fabricante declara bajo su responsabilidad que el producto cumple la normativa, eso es todo. Como vemos, no es suficiente.

En el caso de los juguetes, los artículos infantiles y los textiles, la etiqueta CE obliga a informar de una amplia variedad de aspectos y riesgos: identificación completa del fabricante, comerciante o importador, composición de los materiales, instrucciones y advertencias de uso…

2. Las aduanas controlan la mercancía a su entrada en la Unión Europea. El control es constante pero aleatorio (unos contenedores son examinados, otros no, en función del azar, de la descripción en los documentos de importación, de las imágenes de los scanners…). En varias ocasiones hemos leído que se han tenido que retirar del mercado partidas de productos importados ilegalmente. No son por tanto una garantía al 100%, pero sí un freno importante, en la lucha contra los artículos peligrosos.

3. Las policías nacional, autonómica y local actúan también interviniendo artículos infantiles que pueden suponer un riesgo. Generalmente lo hacen atendiendo a denuncias. Aconsejamos por tanto poner en aviso de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) o de las oficinas municipales de información al consumidor (OMIC) sobre cualquier sospecha respecto a la seguridad de estos artículos. Ellos valorarán el riesgo y alertarán a la policía.

El país de procedencia no es significativo (las grandes marcas fabrican en el continente asiático y generalmente cuidan al extremo las medidas de seguridad), lo significativo es que no se hayan fabricado conforme a las leyes.

4. Los canales de información. Los blogs que difunden noticias y comparaciones sobre artículos de bebés son un buen sistema de información. Pero aún es mejor acudir a las fuentes: la Red de Alertas de Productos Inseguros de ConsuMadrid (portal del consumidor de la Comunidad de Madrid) o el sistema de alertas equivalente a nivel europeo, RAPEX. (Sigue abajo)

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5. Los laboratorios de confianza. Son aquellos ampliamente reconocidos en el sector y país. En el caso de la industria infantil española, AIJU es sin duda la principal referencia. Es un centro tecnológico situado en Ibi, Alicante, que tiene como socios al 80% de las empresas jugueteras españolas y que suponen el 98% de la facturación del sector. También tiene socios en las industrias auxiliares (suministradores de material, tinte, textil, maquinaria…) y en empresas de otros campos conexos (puericultura, parques infantiles, promociones…). Son un total de 580 socios. Funciona desde 1985, impulsada por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, por la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) y por el Instituto de la Pequeña y Mediana Industria de Valencia (IMPIVA).

Su fama de independiente se la ha ganado a pulso. En sus 3.600 m2 dispone de avanzados laboratorios, simuladores, estudios virtuales, bibliotecas… Para cualquier fabricante, someter su producto al dictámen de AIJU supone una carrera de largo recorrido por pruebas de todo tipo: duración, resistencia, estabilidad, químicas, inflamabilidad, aislamiento térmico y así tantas como determine la normativa. Todo ello supone un coste considerable para el fabricante, pero se ve recompensado en el consumidor en una alta fiabilidad respecto al producto.

Algunos laboratorios pueden certificar estándares de calidad universalmente aceptados, como por ejemplo AITEX, que otorga el sello Oeko-Tex para textiles de calidad superior a la normativa europea. Otros laboratorios emiten sellos de calidad propios.

Es recomendable buscar esto en el embalaje o en las webs del fabricante del producto que nos interese. Un laboratorio de confianza o un sello de calidad son la mejor garantía para acertar en la compra. La salud del bebé es lo primero.

NOTA: Bebemon es socio de AIJU. Sus productos han sido testados y aprobados antes de su comercialización.


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