Shame

Un descarnado y excelente retrato de un adicto al sexo.
Michael Fassbender gana la Copa Volpi en la edición 2012 del Festival Internacional de Cine de Venecia interpretando a Brandon, un adicto sexual lleno de resentimiento e incapacitado para amar y acercarse a los otros. 
El crudo retrato de alguien que "levanta" para luego tener sexo sin compromiso,  se exhibe sin pudor alguno y en gran parte se logra por la comprometida interpretación de su protagonista,  y una fresca y a la vez estudiada dirección del joven y sorprendente realizador Steve McQueen, homónimo del gran actor ya fallecido.
Con el ojo de un gran observador, el realizador pone a la luz el duro tránsito de un adicto, en este caso, al sexo. Su falta de voluntad, su incapacidad para poner límites, la culpa y el malestar que le genera su comportamiento y las graves consecuencias que esto le acarrea. En el mundo salvaje de los machos cazando a a las hembras, ellas fácilmente perciben, huelen quien es el Alfa y lo único que queda es dejarse seducir. 

Brandon (Michael Fassbender) y Marianne
(Nicole Beharie) viven una cita "romántica"

El mundo solitario y agreste de este ejecutivo es fotografiado en tonos fríos y azules,  reforzando aún más la irrompible urna de cristal en la que se mueve incapacitado para tener contacto real con los demás. De repente, la llegada de su hermana Sissy (Cary Mulligan) le pone contra la pared y le obliga a explotar en duros momentos en los que el resentimiento deja ver su lado más agresivo,  en tanto procura trascender su problema acercándose a una colega de su trabajo.
El protagonista se desnuda en cuerpo y alma para construir a este extraño ejemplar masculino del que se pueden hacer miles de interpretaciones. Un excelente rol para cualquier buen actor.