APICULTURA26/09/2018 - 10:56 AMApicultores expusieron dificultades en la Junta de Durazno.
Durazno, Víctor Rodríguez | “Más que el cambio climático, lo primero es la falta de políticas de convivencias. No queremos llegar a la imagen que se ve en una parte de China donde las abejas desaparecieron y ahora se está polinizando por seres humanos a mano”, dijeron, Alicia Cardone, apicultora de Durazno y el Técnico Apícola Néstor Causa, de la Sociedad Apícola Uruguaya, que se refirieron al efecto que ha producido en el sector el modelo agrícola sojero en el Uruguay por el uso de Glifosato en perjuicio de la producción de la abeja, al ser recibidos en sesión ordinaria de la Junta Departamental de Durazno.“Las abejas no solo son productoras de la miel sino también del polen, el propóleo, la jalea real, la apitoxina, y no son valoradas en general por su principal efecto para la biodiversidad y los seres humanos, que es la polinización. Durante mucho tiempo hemos efectuado las gestiones pertinentes para que en el marco de lo que es la carrera de agronomía, la materia de apicultura sea una materia obligatoria y no optativa, a los efectos de que egresen con un mayor conocimiento de lo que son los efectos de la polinización”, dijo Causa.
Uruguay. “El problema es el modelo agrícola. En base a los registros, en el Uruguay existen unos 3.000 apicultores aproximadamente y unas 580.000 colmenas. En el 2006 una proyección de producción apícola planteaba que en el año 2017 en el Uruguay iban a haber 750.000 colmenas y 5.500 apicultores, pero la realidad marcó que en el 2006 se instalaba fehacientemente el modelo agrícola y eso cambió. Siempre se plantean los problemas apícolas como problemas del cambio climático, pero para nosotros lo primero es la falta de políticas de convivencias que es lo que permanentemente estamos reclamando sumado a la poca valoración de los polinizadores. Es el modelo agrícola es el que nos ha perjudicado todo este tiempo. Vivo en el departamento de Soriano, en la localidad de Palmitas y hace 30 años que estamos con esta actividad. Cuando arrancamos era común sacar entre 50 y 60 kilos de miel por colmena y en la actualidad estamos entre 15 y 20 kilos de miel por colmenas, es un costo alto, y le tenemos que sumar los costos de alimentación, suplementación con proteínas, hemos perdido mucha calidad y eso hace que tengamos una abeja débil y más susceptible a las condiciones naturales y a las aplicaciones” dijo Causa.“Si bien nuestra gremial no tiene competencia para opinar con propiedad sobre las metodologías de producción agrícola y forrajera, no tenemos dudas de que el uso de los suelos basado en glifosato elimina toda posibilidad de una oferta sostenida y variada de néctar y polen. Las rotaciones que tanto se promueven, en los hechos no se dan como corresponde y vemos miles y miles de hectáreas que durante años son cultivadas con soja. La monotonía floral y la ausencia de otras floraciones en el resto del año obligan a los apicultores a mover sistemáticamente sus colmenas y a una extrema sensibilidad en la producción de miel en las extensas áreas destinadas a la soja, dependiente de los regímenes de lluvia y temperatura tan variables en años recientes”, agregó.