Revista Salud y Bienestar

Síndrome del árbol de Navidad

Por Jas
 Síndrome del árbol de Navidad
Debemos a la princesa rusa Sofía Troubetzkoy (siglo XIX) la introducción de la tradición del árbol de Navidad en nuestro país, habiendo llegado a ser, esta costumbre de origen nórdico y hoy por hoy, una de nuestras costumbres más consolidadas. Le debemos a esta mujer, esposa del duque de Sesto, el haber colocado el primero de España, en las navidades de 1870.

Dicho esto, y ocupándonos de la temática que ocupa a este blog, el de los aspectos relacionados con el mundo de la medicina, hoy hablaremos del Síndrome del Árbol de Navidad...

¿En qué consiste?. Imaginen a un individuo hipersensible que un día, acercándose las postreras festividades del año, decide colocar un abeto en un rincón de su salón, adornándolo con todo tipo de bolas, luces y guirnaldas... Imaginen también, que como consecuencia de ese toque de ecologismo que caracteriza a nuestras actuales tendencias, opta por adquirir un árbol natural, criado en el campo, con la intención de tenerlo en su casa varias semanas, para replantarlo después...

Síndrome del árbol de Navidad

Pues bien, él no sabe que junto con el árbol, acaba de abrir la puerta de su casa a no pocos pólenes, esporas, mohos, etc., que, por facilitarlo el calor de su hogar, se verán potenciados en su crecimiento, desarrollo y consecuencias:
-. problemas respiratorios como la congestión nasal.-. tos, estornudos, dolor de garganta.
-. picor de ojos, alergias cutáneas.
-. broncoespasmos y demás manifestaciones asmáticas de consideración.
-. etc...

Aunque con una menor frecuencia y entidad, los árboles artificiales también podrían originar algún que otro problema, dado el polvo que de un año a otro podrían acumular, por lo que es clave el limpiarlos antes de reutilizarlos.

Aunque no todo es negativo: el montar el árbol también tiene su lado bueno, al fomentar el espíritu navideño que, admitámoslo, siempre será bienvenido...


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