
SiREN (Gregg Bishop, 2016. EEUU): apéndice que proviene de uno de los cortos- el mejor, dirigido por David Bruckner; el resto eran menos estimulantes pero aun así componían una antología recordable- que compusieron la primera antología V/H/S (2012), la cual, en términos generales, no estuvo mal y que aquí se convierte en un largometraje cortito, de apenas 80 minutos. El horror del depredador más despiadado, en forma aquí de sirena (únicamente por los embaucadores cánticos que escuchamos antes de que haga aparición) y monstruo volador en realidad. Cuatro amigos de despedida de soltero acabarán en una mansión de muy dudosa reputación, con uno de ellos dando con la joven enjaulada, a la que liberará, liándola parda. La dirección pasa a ser tradicional, en lugar del formato que adoptó el cortometraje, pero el desarrollo es, cuanto menos, cutre. Eso sí, el bicho está bien hecho y su voracidad es a tener muy en cuenta. Para ver como simplemente curiosidad, y solo si antes se ha visto el relato de origen, la mencionada V/H/S.

