Saludos a todos los seguidores de Óptica por la Cara. Hago este post para compartir con vosotros el último proyecto en el que me he embarcado, y al que he dedicado gran tiempo y esfuerzo. Actualmente llevo viviendo dos años y medio en Estados Unidos, donde soy residente permanente, y por ello decidí convalidar mis estudios para ejercer como Doctor of Optometry aquí. Tras aplicar a uno de los pocos programas acelerados para optometristas extranjeros que existen en EEUU, un trámite bastante tedioso, fui seleccionado para formar parte del programa AODP en la prestigiosa New England College of Optometry (NECO) en Boston, Massachusetts.
Estoy inmensamente contento de haber sido seleccionado para este programa, ya que al tener el título español y experiencia laboral, el programa es más corto que el habitual de 4 años, y te exime de realizar los exámenes previos que normalmente hay que hacer y la nota global de tus estudios no pesa tanto en la decisión final debido a las diferencias entre los sistemas educativos. Son programas solo para extranjeros y la competencia es altísima, ya que hay muy pocos programas de este tipo en todo el país y muy pocas plazas ofertadas, de hecho, solo hemos entrado seis estudiantes de todo el mundo en el programa AODP. A los estudiantes se les elige por sus méritos y por como de interesante sean sus perfiles, aparte de la experiencia laboral previa que tengan, la formación académica de postgrado, los intereses e inquietudes, la actitud (proactiva), el haber hecho actividades como voluntariado, el desempeño en la entrevista, el conocimiento del programa, de la escuela, y de sus profesores e investigadores, y un largo etcétera que es casi imposible saber con certeza, ya que cada comité y cada escuela es un mundo.
En Estados Unidos, y esto para mí es muy interesante, no solo se cuenta la nota que tengas, sino que las universidades quieren conocer un perfil global y holístico del aspirante, y eso te da más opciones para competir, ya que te permite destacar con otras cualidades que te hacen único o diferente al resto. Esto es algo muy diferente a España y es algo por lo que yo abogo constantemente. Otro punto que puede chocar a alguien que ha crecido en España es el hecho de que no solo tú quieres entrar a estudiar a la universidad que hayas elegido, sino que la universidad también te quiere a ti, y tiene que mostrar su mejor cara y ofrecerte el programa que andas buscando, y todos aquellos aspectos que les diferencia de otros centros, para que les elijas a ellos. Tú tienes que mostrarles que eres un candidato interesante y que vas a aportar algo al centro y a su comunidad. En Estados Unidos las universidades en su mayoría son privadas, y tienen el suficiente poderío económico y la infraestructura para ofrecerte un programa interesante y opciones atractivas, como instalaciones y equipamiento, experiencias en el campus, prestigio, prácticas externas, y un largo número de variables dependiendo del centro y la ciudad.
En definitiva, cuando un estudiante decide echar una solicitud a una universidad estadounidense, ocurre igual que en una entrevista de trabajo, hay intereses por ambas partes, es bidireccional, y todo se puede negociar, aunque en el caso de la Optometría, al ser programas tan competitivos, el margen de negociación se reduce notablemente, ya que tú lo que quieres es que te admitan, sea como sea.
Yo diría que la clave en mi aplicación ha sido mi perfil atípico, ya que no tengo notas muy altas ni tampoco masters o doctorados en optometría, o una extensa experiencia laboral. Yo en su día aposté por hacer cosas diferentes a lo habitual, por la fascinación que tenía por otros compañeros que hacían cosas que yo consideraba que eran cool, únicas, atractivas. Hablé y entrevisté a multitud de estos perfiles en mi blog, hasta que llego el día que me dije a mí mismo: en vez de escucharlo de los demás, ¿por qué no lo haces tú? Mi curiosidad, inquietud e inconformismo me llevaron rápido a dejar España, pues siempre consideré que las competencias del óptico-optometrista no eran muy amplias allí, y el trabajo no estaba muy valorado por la sociedad. Empecé a construir mi perfil de optometrista internacional y poco a poco desarrollé una determinación que durante estos años me ha permitido enfrentarme a numerosos retos de diversa índole, no fáciles por cuestión de idiomas o escenarios a los que no estoy habituado, todo ello no sin pasarlo mal en muchos momentos, claro está, y con las secuelas que ello te deja, pero que al final me ha brindado experiencias imborrables, que a mí es lo que me mueve.
Trabajé en Kenia dos años como optometrista para la mayor empresa privada de ópticas del país africano. Tras ello, y por motivos personales principalmente, puse la mira en Estados Unidos, país que ya conocía, y donde conseguí una beca en una universidad privada de Washington, DC, que me pagaba un Master a cambio de trabajar para ellos como profesor de español de estudiantes universitarios undergraduates. Este era un master en lengua, literatura y cultura hispana, y si bien no tenía nada que ver con la optometría, sí que me permitió aprender y entrenar otras cualidades que evidentemente fueron valoradas en mi aplicación a NECO. Como decía, el punto de vista holístico y sinérgico es clave.
Ocurre lo contrario en España, donde la famosa expresión sacar los pies del tiesto tiene una connotación negativa, y hace referencia a lo mal visto que está salirte de tu cauce habitual y no probar o hacer otras cosas que son diametralmente opuestas a tu campo o actividad habitual. Aquí es diferente, en un mercado tan liberal y dinámico, las posibilidades laborales son muchos más flexibles y casi infinitas, y lo que a priori puede parecer que no tiene relación ninguna, como la lengua la literatura y la optometría, acaba teniendo más relación de lo que parece, solo depende de cómo lo enfoques y cómo uses las experiencias que has adquirido. El propio sistema universitario facilita este último punto desde que el estudiante pisa la universidad a los 18 años, pero dadas las diferencias entre el sistema español y el americano, es complejo de explicar, así que lo dejaremos para otro post.
Como ejemplo de esto último, uno de los puntos fuerte en los que incidí en mi Statement of Purpose para la aplicación de NECO, que es el ensayo personal que hay que escribir en el que indicas por qué quieres entrar al programa en cuestión, fue mi bilingüismo y mi conocimiento de la lengua y cultura hispana que adquirí durante el Master, así como la valiosa experiencia que obtuve como profesor enseñando español a los universitarios y por ser parte de un departamento de estudios graduados, del que incluso fui senador. Mi conocimiento de otras lenguas y culturas lo relacioné con datos objetivos que demuestran la demanda de optometristas hispanos que existe en Estados Unidos y cómo mi perfil sería de gran atractivo para cubrir esta necesidad que irá a más en el futuro, además de una forma de reivindicar el acceso a este tipo de estudios de minorías sociales, como los hispanos/latinos. Incidí en otros puntos en mi aplicación, como mi experiencia clínica en Kenia y la actual en la clínica oftalmológica en la que trabajo, mi entrega al paciente y el trato dado a todos independientemente de la clase social, raza, religión o lengua, el voluntariado que hice tanto en Kenia como el que hago actualmente en EEUU, y otra serie de puntos que las universidades valoran en un estudiante.
Este paso previo por una universidad estadounidense me puso sobre el terreno y me enseñó cómo funciona la universidad aquí, qué buscan en un candidato, cómo hay que escribir las diferentes estancias y hacer el curriculum vitae, cómo afrontar una entrevista en Zoom, etc. Me valí de todos los recursos que las universidades ponen a disposición de los alumnos para ayudarles a entrar a programas de graduado, todo gratis por la beca que tenía. Por este motivo, de nuevo, si tu nota no es alta, eso no significa que valgas menos que otro. Cada uno tenemos algo que aportar, y puede que no seas el mejor, pero puedes hacer la diferencia, y eso es lo que importa, lo que puedas aportar.
Afronto este nuevo reto con mucha ilusión y orgulloso por haber logrado entrar a una de estas universidades tan elitistas y competitivas, que en su día veía como algo imposible, pero también con responsabilidad y cierto respeto/miedo. Es un programa intenso, la optometría en EEUU está muy avanzada y es un título de Doctorate, es decir, equivale nada más y nada menos que a un título postgraduado de 4 años que te habilita como Doctor of Optometry, tras pasar los boards, que son los exámenes de licencia para poder ejercer. Es un nivel de educación muy superior, y es por este motivo por lo que los extranjeros han de pasar por la universidad para ejercer aquí, con el tiempo y el gasto que eso conlleva. La amplia formación habilita al Doctor of Optometry (OD), o Optometrist, a poseer un número de licencia protegido por las leyes estatales que le permite prescribir y usar fármacos, diagnosticar y hacer seguimiento de enfermedades oculares como el glaucoma o patologías retinianas, y una serie de competencias que por lo general no existen en la mayoría de países del mundo. Por este motivo, el sueldo es mayor y las posibilidades laborales son más variadas.
Otro de los puntos a favor que más me atraía de la Optometría anglosajona desde que era estudiante en España es que el Optometrist en general es bastante conocido por la sociedad, y por ello goza de un mayor prestigio o reconocimiento. Para mí personalmente no es cuestión de ego, pero que reconozcan tu trabajo y no lo degraden constantemente es importante. Ahora trabajo como Ophthalmic Technician en una clínica oftalmológica en el área de Washington, DC donde me dejan hacer un poco de todo, y puedo ver como los ODs están bastante valorados tanto por los pacientes, que conocen perfectamente sus competencias y su labor, como por los oftalmólogos. Existen, aun así, rencillas por conflicto de intereses entre ambas profesiones al igual que ocurre en España, pero las relaciones son buenas y las competencias de ambas profesiones están bien establecidas y reguladas por ley. Este es un punto importante, la optometría en EEUU está muy regulada y protegida, y por ello es tan complicado acceder a ella si la comparamos con otros países similares a España en cuanto a competencias.
Para no alargarme más lo dejo aquí, pero me comprometo a hablar en otras publicaciones más en detalle sobre la optometría en Norteamérica y sus diferencias con otros países, y sobre mi vida como estudiante de optometría en Estados Unidos estos próximos años. Deseadme suerte, que va a hacer falta, aunque estoy deseando volver a vivir en Boston, una ciudad apasionante. Va a ser una experiencia única.