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Smashing pumpkins - siamese dream (1993)

Publicado el 09 agosto 2011 por Lou Rambler
SMASHING PUMPKINS - SIAMESE DREAM (1993)
Tratando de ser objetivo debo decir que creo firmemente que la obra cumbre de Smashing Pumpkins, tanto por su carácter ambicioso y excesivo como por su resultado, fue el “Mellon Collie And The Infinite Sadness” de 1995, disco en el que un Billy Corgan que parecía haber dado rienda suelta a todas sus ideas, locuras y ansias grandilocuentes sin dejarse nada en la recámara, lejos de estrellarse estrepitosamente, como sucedería con las posteriores producciones de la banda, alcanzó sus máximas cotas de genialidad, logrando una obra maestra de proporciones monumentales. Así lo creo y asumo lo que digo. Sin embargo, dicho esto, debo decir también que MI disco realmente inolvidable de Smashing Pumpkis, el que me cautivó, me alucinó y me convenció por completo desde los primeros compases de “Cherub Rock” hasta los últimos de “Luna” fue el maravilloso y poderosísimo “Siamese Dream” de 1993.
Conocí a la banda de Billy Corgan, al igual que a otras de la época, cuando me hice con la banda sonora de la película “Singles” (1992). El tema “Drown” incluido en ese disco me llamó la atención desde el principio por el potente y compacto sonido de su base rítmica y por esa mezcla de dulzura y dureza que con el tiempo se convertirían en el signo distintivo de los mejores pumpkins, pero que en aquel entonces me pareció un verdadero descubrimiento que me hizo prometerme a mí mismo no perder de vista los futuros progresos de aquella prometedora banda. Y ese “progreso” llegó al año siguiente con el nombre de “Siamese Dream”, y yo no me lo tuve que pensar demasiado antes de correr a la tienda y hacerme con él, máxime después de escuchar en la radio temazos como “Cherub Rock”, “Today” o “Disarm” que anticipaban una auténtica orgía de ternura y electricidad envueltas en un muro de sonido inusualmente compacto que sin embargo superó todas mis expectativas.
Desde la rabia desatada de “Geek USA” al sosiego acústico de “Disarm”, desde el chute de intensidad galáctico-psicodélica de “Silverfuck” a la balada de aires maravillosamente setenteros “Spaceboy”, desde el riff hipnótico de “Rocket” hasta el trance final de “Hummer”, desde la fuerza irresistible de “Cherub Rock” o el poderío eléctrico de “Quiet” hasta la inspirada delicadeza de “Soma” o “Luna”, desde la aparente intrascendencia de “Sweet Sweet” hasta la perfección hecha canción y hecha single llamada “Today”. Escuchar y sumergirse en “Siamese Dream” y dejarse envolver por su sonido compacto y poderoso, dulce y delicado, intenso y eléctrico, dejarse taladrar los sesos por los solos de guitarra de Billy Corgan y transportarse al mundo de los sueños por la magia de estas trece canciones constituye para mí una experiencia absolutamente plena y reconfortante, y hoy también de reencuentro con algunos de los más gloriosos años (quizá los últimos) de la historia reciente del Rock’n’Roll. Tiernos como una canción de cuna, contundentes como un directo a la mandíbula, esa es la esencia de los mejores Smashing Pumpkins y “Mayonaise” su mejor y más agradecida muestra:
No puedo dejar de mencionar el hecho de que si bien sé que la única figura imprescindible en los Pumpkins era Billy Corgan, que hacía y deshacía a su completo antojo, a mí siempre me dio un morbazo tremendo la presencia de la aparentemente modosita D’Arcy Wretzky al bajo y a la voces, y digo sin pudor esa presencia se convirtió en un aliciente más para que me convirtiera en fan de esa banda.
SMASHING PUMPKINS - SIAMESE DREAM (1993)
 Decir para terminar que si “Siamese Dream” ya me sorprendió desde la primera vez que lo escuché, cuando, quizá un año y medio después de aquello, me compré su primer disco, el excelente “Gish” (1991), le concedí todavía mucho más valor al comprobar la evolución de la banda, tanto en el perfeccionamiento de su sonido como en la construcción de sus canciones. Y eso que “Gish” ya es todo un trallazo lleno de fuerza y frescura con temazos irresistibles como “I Am One” o “Siva”, pero es que la evolución es palpable y hace de esa primera trilogía de los Smashing Pumpkins una de las mejores historias de esa gran década. ¿He comentado ya que me gusta el “Siamese Dream”?

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