Revista Cocina
Segunda incursión de Lacajita en el reto mensual que Carmen de "Recetas de Tía Alia" propone para todos los lunes últimos de mes. Elena fue la primera en lanzarse el mes pasado a preparar las "dichosas" monadas, un dulce que con las indicaciones de Tía Alia poca idea podías hacerte de como quedaría el resultado final, imposible encontrar una sola pista por internet con ese nombre pero que Elena resolvió de manera magistral.
Emocionada y deseando saber cual sería la propuesta de noviembre una gran sonrisa iluminó mi cara cuando vi que la opción salada eran los Soldaditos de Pavía, al contrario que las monadas existen miles de recetas de como prepararlos, fotos de presentación de todo tipo y de como deben quedar y sobre todo que es una de las tapas típicas de nuestro Madrid que con un buen vino podemos degustar en cualquier taberna del centro. Las historias del porqué de este nombre dado al "bacalao rebozado con pimiento rojo" son múltiples pero yo me quedo con esta, que es la que mas me gusta y parece la mas coherente:
"Su nombre se dice que viene dado por el hecho histórico de la disolución de las Cortes por los húsares a mando del General Pavía. Este acto acabó con la Primera República, siendo posible que los madrileños vieran en las casacas de color rojizo de éstos cierto parecido con el plato." Esta es la receta guía que Tía Alia nos ofrece para prepararlos:
Vamos a ello:
Ingredientes:
- 250 gr. de bacalao en salazón
- 60 gr. harina
- 100 ml. de agua templada
- perejil fresco
- 1 diente de ajo
- una cucharadita de postre de levadura
- sal
- aceite de girasol para freír
- pimientos rojos para decorar
Preparación:
Ponemos a desalar el bacalao cortado en tiras de unos 2 cm de grosor 24 horas antes de su consumo. Cambiamos dos veces de agua.
En un bol amplio preparamos el rebozo mezclando bien la harina, el agua, el perejil fresco y el ajo muy picados, la pizca de levadura y la sal.
Limpiamos el bacalao de posibles espinas, quitamos la piel y lo secamos muy bien.
Pasamos cada trozo por el rebozo.
Ponemos abundante aceite de girasol en una sartén y cuando esté bien caliente freímos.
Dejamos escurrir el exceso de aceite en papel absorbente.
Decoramos con las tiras de pimiento haciendo una cruz.
Y con el "pringue" del rebozo que me sobró, añadiendo simplemente un poquito mas de harina, hice unos panecillos que freí y acompañaron estupendamente a estos soldaditos.
Pueden tomarse calientes o fríos, pero la tradición dice que se deben consumir a temperatura ambiente, como te los pondrían en los bares. Así que dejaremos que se templen y con un buen vino tinto y un trozo de pan disfrutaremos de una gran tapa.
¿Que tal lo he hecho Tía Alia? ;-)