Revista Cocina
Hay veces en la vida que uno necesita que le den un sopapo para que despierte. En mi caso fue el ser diagnosticado con una enfermedad cardíaca, el encontrarme, primero, encerrado en una habitación de la unión de cuidados intensivos de una clínica de Bilbao y ver que ni lavarme solo podía, y, segundo, el oír el nombre de la enfermedad, y el ver la cara de preocupación en el cardiólogo que me trataba y en la de mis padres.
Esas dos semanas fueron esenciales para mi nueva actitud positiva frente a la vida. Tengo suerte. Mucha suerte y hay muchas razones por las que sonreír. Aunque sé que no es fácil ser positivo. Todavía me cuesta enfrentarme a ciertas cosas sonriendo. Hay días en los que lloro y me pongo triste, días en los que me enfado y contesto mal, pero las caídas son parte del camino.
Mi grupo de amigas son una de esas razones. Sí, soy de esos chicos que en el colegio tenía más amigas que amigos; de esos que, en vez de jugar al fútbol, prefería jugar a la Sirenita o al juego de la oca. Mis amigas son las de toda la vida. Mi cuadrilla viene desde la época del colegio, nos conocemos de siempre y, a pesar de lo diferentes que somos y de los diferentes caminos que han tomado nuestras vidas, seguimos en contacto.
Este fin de semana, una de ellas, Itxaso, organizó en su casa una Cena ONU (el concepto es suyo, pero yo lo bauticé), en el que cada uno de nosotros tenía que elegir un país, y un plato que llevar. Al final, teniendo en cuenta como somos, el concepto no fue llevado a cabo como se esperaba, aunque en próximas ediciones, seremos más estrictos. La anfitriona represento a los Estados Unidos con una barra de perritos calientes maravillosa. También hubo un chile con carne mejicano, Lambrusco italiano, y algo de ensalada, cuyo país de origen todavía no me quedó del todo clara. Yo me encargué del postre y me decidí por intentar representar a Francia.
Hace unas semanas terminé de leer "The Sweet Life in Paris" del repostero americano afincado en Francia David Lebovitz y me puse a buscar en su libro recetas típicas francesas, al igual que miré en mis libros de Julia Child y en Internet. Había recetas demasiado elaboradas que nunca había hecho, otras que no sabía muy bien si gustarían a mis amigas, y pensé que una tarta de chocolate basada en unos brownies del Sr. Lebovitz sería lo suficientemente francesa. Para "afrancesarla" más añadí naranja al chocolate, algo que yo creo muy francés, aunque puede que me equivoque.
Admito que mi tarta de chocolate puede no ser demasiado francesa, aunque, además de añadir el factor naranja intenté alejarme del concepto brownie aún más, usando un molde redondo. Sea como fuere, la tarta desapareció enseguida. Yo por si acaso bauticé mi versión en francés.
Gateau au chocolat a l'orange avec une surprise (Tarta de chocolate a la naranja con sorpresa)
Adaptado de The Sweet Life in Paris de David Lebovitz
Si no queréis usar chocolate con naranja, usar 170 g. de chocolate negro y en vez de ralladura de media naranja, usad la de una naranja entera. Yo utilicé el chocolate de Lindt Excellence. La sorpresa en sí es el dulce de leche, o confiture de lait, si quieres "afrancesarlo" un poquito más.
120 g. de mantequilla
100 g. de chocolate negro
70 g. de chocolate negro con naranja
30 g. de cacao en polvo
3 huevos
200 g. de azúcar
1 cucharadita de extracto de vainilla
140 g. de harina
la peladura de ½ naranja
100 g. de nueces tostadas
300 g. de dulce de leche
Precalentar el horno a 180ºC. Engrasar el molde con mantequilla.
En una cacerola pequeña, derretir la mantequilla, a medio fuego. Añadir el chocolate y revolver continuamente. Una vez derretido el chocolate, quitar del fuego y añadir el cacao en polvo. Añadir los huevos, de uno en uno y mezclando bien antes de añadir el siguiente. Después, añadir el azúcar, el extracto de vainilla y la harina. Por último añadir la ralladura de naranja.
En el molde, añadir la mitad de la mezcla de chocolate. Añadir el dulce de leche y esparcir con la ayuda de una espátula de silicona. Añadir la otra mitad de la mezcla de chocolate.
Hornear durante 40-50 minutos.