Sorprender en la mesa no es tan díficil, ingredientes de toda la vida puestos, combinados o cocinados de otra manera, igual de sencillos pero más vistosos. Es como ponerle ropa nueva a un muñeco viejo. Así son estas piruletas de queso. Podríamos partir el queso y servirlo junto con un bol de frutos secos para empezar a abrir el apetito o… podríamos meter ambos ingredientes al horno y darles un aspecto distinto.
Si quieres sorprender a tus invitados con una receta sencilla y rápida, no dejes pasar por alto esta propuesta.
Ingredientes- 80 g. de queso emmental o queso parmesano
- 1 cuchara de pipas peladas
- 1/2 cuchara de semillas de sésamo o de amapolas (opcional)
Las piruletas de esta foto son con queso emmental, pero las he hecho también, en otras ocasiones, con parmesano. Con queso parmesano quedan mucho más crujientes, pero vigila para que no se te quemen en el horneado.
Con queso emmental, tienes que dejar que se enfríen para que endurezca un poco. Al ser un queso más graso, puedes poner una servilleta de papel para retirar el exceso de grasa.
Mezcla los ingredientes en un bol. Pon un papel encerado en la bandeja del horno. Con la ayuda de un molde de emplatar o un cortador de galletas, si quieres que todos las piruletas tengan el mismo tamaño, rellena con una cuchara de la mezcla. Tiene que ser lo más fina posible, puesto que si pesan mucho caerán por su propio peso.
Coloca una brocheta de madera al medio y cubre con un poquito más de queso.
Hornea a 200ºC durante 7-8 minutos, sin dejar de vigilarlas. Consigue que queden doradas sin llegar a estar tostadas. Deja que se enfríen y endurezcan antes de despegarlas del papel encerado y sirve pinchadas en un cubo con un kilo de harina (por ejemplo), simulando flores.
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