Soundtracks que fueron mejores que las películas

El camino hacia el éxito no sigue una línea recta. Hay veces que se invierten sumas de dinero considerables en publicidad pero ni aún así las películas logran salir airosas. De hecho, hay casos muy curiosos en los cuales los filmes no pueden vanagloriarse precisamente de su calidad artística pero sus soundtracks han pasado a la posteridad marcando un hito en la historia de la música.

Un ejemplo de una película que ha sido eclipsada por su banda sonora es Fiebre del Sábado Noche. Es probable que los más jóvenes ni siquiera hayan visto el filme, que data de finales de los años ’70, pero lo cierto es que su banda sonora ha llegado hasta nuestros días. Y no es para menos porque muchas de sus canciones estuvieron a cargo de los Bee Gees. Entre las más famosas podemos mencionar: Stain’ Alive, Jive Talkin’ y More Than a Woman. De hecho, el disco ha vendido 30 millones de copias y muchos consideran que se trata de la mejor banda sonora de la historia, al menos hasta el 1992, cuando hizo su aparición El Guardaespaldas.

Con Whitney Houston y Kevin Costner como protagonistas, no podemos decir que se trata de una gran película pero su banda sonora es harina de otro costal. En este filme se escucharon temas como I Will Always Love You y Run to You, a los que les puso voz la propia Whitney Houston. Su éxito fue tal que el disco ha vendido 42 millones de copias en todo el mundo y se convirtió así en la banda sonora más exitosa de todos los tiempos.

Como colofón, no podemos olvidar American Graffiti, una película de 1973 dirigida por George Lucas y producida por Francis Ford Coppola. Es cierto que este filme ganó dos Globos de Oro y mereció cinco nominaciones a los Óscar pero su banda sonora sobrepasó con creces a la película. Esta estuvo compuesta por 41 temas pero hay uno que sobresale: Smoke Gets in Your Eyes, de los míticos Platters. También podemos recordar Rock Around the Clock, de Bill Haley y sus Cometas, una de las canciones más representativas del Rock & Roll ya que fue la primera del género en llegar al primer lugar de las listas musicales norteamericanas.