Hoy me complace compartir con todos vosotros la publicación de un nuevo libro de productividad, titulado #SoyProductivo, lanzado por mi buen amigo Omar Carreño. Quizá muchos ya lo conozcan por su blog, Análisis Realista, donde escribe sobre minimalismo y productividad personal.
Acabo de terminar la lectura, y debo reconocer que leerlo ha resultado todo un placer. Omar es un claro y vivo ejemplo de lo que la productividad personal puede llegar a hacer por alguien. Como él mismo reconoce, antes de empezar a estudiar y practicar las técnicas que describe, no sentía control sobre su propia vida. Igual que le sucede a tantas personas, lo mucho o poco que conseguía era más fruto de la inercia y la casualidad, que el resultado de un plan consciente.
Por eso, su aportación tiene aún más interés. Leer #SoyProductivo es echar un vistazo al interior de alguien que evolucionó de una vida estresada y sin propósito, a una llena de retos, logros, claridad de ideas y tranquilidad.
Y ese es precisamente, en mi opinión, uno de los puntos fuertes del libro: la visión tan personal que nos comparte Omar. Para todos aquellos lectores que nunca han tenido contacto con la productividad personal hasta ahora, esta lectura puede ser una buena piedra de toque con la que empezar. Repleto de ejemplos reales extraídos de su propia experiencia y de gente que él conoce personalmente, resulta una lectura muy motivadora.
Desde luego, #SoyProductivo no es un sustituto de la literatura formal que existe ahí afuera sobre este apasionante mundo. Tampoco creo que Omar tuviera intención de que lo fuera. Lo que sí es una valiosísima aportación a la comunidad, tan necesitada de espejos donde reflejarse y visiones personales de quienes ya han encontrado un camino hacia la productividad.
A Omar, le deseo toda la suerte en este nuevo proyecto. Y a sus futuros lectores, que no se detengan con su lectura, que sigan profundizando y aprendiendo. Que practiquen constantemente y encuentren la forma de ser cada vez más productivos. Porque como dice Omar, no importa lo bien que ya lo estés haciendo, “todo es perfectible”.