Revista Cine

Splice (o... "y el hombre creó la vida")

Publicado el 14 julio 2010 por Crowley

"What's the worst that could happen?"(Elsa a Clive en un momento de la película)
De Vincenzo Natali tengo buen concepto. Lo considero un director versátil y original, fiel a un estilo y a unas ideas propias, y al que no le ha importado no saltar al estrellato tras la repercusión mediática de su ópera prima "Cube", con tal de seguir haciendo lo que a él le gustaba. Es por ello que me duele, aún más, que haya hecho una película como esta. Fallida. Con una primera parte, de ciencia-ficción seria, reflexiva, muy interesante, pero con una segunda, con las hormonas alteradas de la criatura protagonista como principal motor de desarrollo, alocada, innecesaria y carente de sentido con respecto a lo visto hasta ese momento. Ese es su principal defecto, que toma un camino y luego se sale de él con intención de contentar al público mayoritario y palomitero. Tratando de hacer cine comercial, Natali ha prostituído a su criatura, a su película y sus principios (no en vano, cuando un film tarda tanto en estrenarse tras su finalización, no suele ser buen augurio y si no que se lo digan a los responsables de la bochornosa "Wolf-Man" con Benicio Del Toro y unos hombres lobo que más parecían "Ewoks" enfadados).
Hay dos cosas (de muchas) que una persona no debería hacer nunca. Una es traspasar la barrera de lo permisible, jugar a ser Dios y decidir el futuro de un ser vivo o su derecho a la vida y la forma en la que esta se desarrolle. Otra, que atañe más a los padres que a las personas sin hijos, es que uno nunca debe vivir su vida, o pretender hacerlo, a través de sus hijos. En este caso, los protagonistas de la película, Clive y Elsa, fracasan en los dos puntos mencionados. En el primero porque deciden jugar a crear vida a partir de la modificiación y la combinación de distintos tipos de DNA y, no contentos con ello, se erigen en padres sobreprotectores y controladores que rigen el derecho a la vida de la criatura que han "tenido" juntos. Esto sí esta bien, eso no nos conviene que lo hagas, podría decirse que son las bases de su doctrina.En el segundo apartado, Elsa sacrifica la condición de individualidad de Dren, la criatura semi-humanoide (que parece tener más humanidad innata que sus propios creadores), con tal de recuperar la niñez perdida y por querer hacerlo mejor de lo que su madre lo hizo con ella.Y ya que hablo de cosas que no se deberían producir nunca, una de los aspectos que más me ha sorprendido del film, tal vez el único, sea la fuerte carga sexual que desprende una supuesta producción para el público mayoritario y palomitero y que se debe en gran parte al papel de la actriz que encarna a Dren que, con su expresión facial y corporal, es capaz de dotar a la criatura de cierta carga sensual. No es que me extrañe por lo bizarro de la relación entre el protagonista y la criatura, sino por lo que ello lleva implícito. Y es que es imposible que no sobrevuele sobre ese acto la sombra del incesto y lo prohibido contra-natura. Aunque, pensándolo bien, si nos detenemos con detenimiento en los cuentos de hadas y las leyendas con las que crecieron nuestros antepasados, es muy común que en esa historias se den relaciones sexuales entre un humano y un hada o ninfa, que es lo que parece ante nuestros ojos Dren en ese preciso instante. Y no voy a comentar nada de ese desastroso descubrimiento final para no desvelarles nada, pero...
La sombra de la criatura creada por Mary Shelley, Frankenstein, es alargada en este film. Demasiado. Y no ya solamente por el nombre de los dos protagonistas que nos retrotraen hasta "Frankenstein" y "La novia de Frankenstein" (e incluso tiene similitudes temáticas con "Frankenstein creó la mujer"), sino por el concepto científico creador de vida. Lógicamente los tiempos han cambiado y ahora no es necesario robar cadáveres en cementerios a altas horas de la madrugada con intención de revivirlos después, ahora es suficiente con tener un pequeño laboratorio, mezclar ADN, recombinarlo a tu gusto y obtener un ser indeterminado con el que experimentar posibles curas de enfermedades (al ver ese ser, el primero que crean, me vino enseguida a la mente la leyenda urbana que circula sobre cierta cadena de hamburguesas que dice que en realidad su carne proviene de un ser indeterminado y deforme, sin huesos ni extremidades, al que alimentan y engordan todo lo posible). Los avances científico-genéticos van a tal velocidad que no nos da tiempo ni a plantearnos posibles debates sobre dilemas éticos que, en este caso, sí tienen los protagonistas del film.
Clive se resiste a aceptar a Dren y trata de acabar con su vida en más de una ocasión, mientras que Elsa la acepta como su propia hija y la ve como una niña humana más (recordemos que Spielberg nos habló de este mismo punto de vista en la inconmensurable "A.I.", el de humanizar no lo no humano y las consecuencias de su educación y la convivencia diaria, aunque, eso sí, con una genialidad y de forma tan sublime que ensombrece el planteamiento de Natali dejándolo en una mera anécdota). Y yo me pregunto, ¿se le puede considerar humana por el mero hecho de tener parte de su código genético procediente de uns er humano?. Mi respuesta es rotundamente no, lo cual no quiere decir que no tenga derecho a un trato justo, que eso es otro tema.
Natali ha jugado a ser David Cronenberg (los ecos de "La Mosca" son notables) y hacer cine de "qualité" pseudo-sesudo, pero se queda en una simple mezcla (hasta cierto punto agradable, eso sí) de clichés de serie B más cercanos a "Species" que a cualquier otra cosa que pretendiera. Aunque, eso sí, hay que alabar que la película, al menos, haya tratado de ser original en su planteamiento y no se haya conformado, como hace el aburrido cine de Hollywood de hoy, en ser más de lo mismo, en ser un producto sin ideas o en ser un innecesario remake más. Sólo eso, merece recibir elogio. El resto, prescindible.

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