Aunque seguirá siendo su protagonista
Sly vuelve a demostrarnos otra vez que más allá del quirófano es un tipo inteligente, y es que ni a él se le ha escapado que la principal razón del fracaso artístico de la reunión de megamazas llamada Los Mercenarios fue su trabajo tras las cámaras. Escenas sin garra, chistes con poca gracia y muchísimo potencial desaprovechado fue el saldo final de una película que prometía ser el mejor exponente de la fiebre revival que sufrimos en estos días (y que terminó siendo Machete).
Pues bien, para la segunda parte el actor reducirá su labor a repetir el personaje de la primera entrega y no solo no dirigirá, sino que tampoco se hará cargo del guión, que pasa a ser tarea del responsable de Space Cobwoys y Los Teleñecos en el Espacio, es decir, todo un experto en violencia explícita y tipos duros. Ahora las dudas son ver si Bruce Willis sigue posicionado como la primera opción para encarnar al villano y quién será el director elegido para hacer que tanto músculo brille más que nunca.