Star Party en Australia

Este fin de semana lo he pasado disfrutando de la compañía de los astrónomos aficionados de La Sociedad Astronómica de Nueva Gales del Sur (The Astronomical Society of NSW), puesto que me invitaron a la 20th Annual South Pacific Star Party, que se ha celebrado estos días cerca del pueblecito de Ilford (NSW, a 3 horas de Sydney, una vez pasadas las Blue Montains). Allí los astrónomos aficionados de ASNSW poseen un gran terreno (Wiruna), provisto de camping y casitas rurales (del tipo australiano, todo muy campero) y varios telescopios fijos, más el lugar para poder instalar muchos otros telescopios.
Mi contribución a la Star Party fue dar una charla a los asistentes (unos 200 astrónomos aficionados de toda Australia) sobre mi trabajo tanto en el Australian Astronomical Observatory como de mi propia investigación en astrofísica. Pero, sobre todo, disfruté mucho del Cielo del Sur y de compartir experiencias con astrónomos aficionados. Me dejaron para que jugara con él un telescopio de 25 pulgadas (Mike Kerr Observatory), con el que tuve unas vistas exquisitas no sólo de objetos brillantes y famosos como la Nebulosa de Orión, la Nebulosa de la Tarántula (en la Gran Nube de Magallanes) o la Nebulosa de Carina sino de objetos mucho más sutiles como... ¡NGC 2359, El Casco de Thor! La verdad que me impresionó mucho, gracias al filtro de [O III], el ser capaz de distinguir los rasgos más destacados de esta nebulosa en torno a una estrella Wolf-Rayet. Además, resultaba impresionante pasear por el centro del cúmulo de Virgo, con galaxias por todos lados, o qué decir del cúmulo abierto M 46 (en Cannis Major) con su nebulosa planetaria, o la estructura alrededor de Eta Carinae (Homunculus) o la espectacularidad de Omega Centauri. 5 horas pasaron volando y eché en falta mi cuaderno de dibujo...
Hoy he salido de allí con la idea firme de que... leche, ya va siendo hora de que me compre un buen telescopio para mí, que este cielo realmente se lo merece. Y, por supuesto, con ellos me iré en alguna ocasión más, esa vez sí con mi cuaderno de dibujo, para poder captar al menos con mis garabatos esos fotones cósmicos que mis ojos son capaz de distinguir gracias a telescopios de esos tamaños. No tengo excusa, ¡el lugar de observación está justo a mitad de camino entre Sydney y el Observatorio de Siding Spring, y allí se reunen todos los fines de semana de luna nueva!