Revista Arquitectura

Still waiting for Godot

Por Jaumep

(fotos: Jaume Prat. Tomadas el 3 de julio de 2011)Still waiting for Godot

1992. El año de losJuegos Olímpicos de Barcelona. Siguiendo la tradición de 1898 y de 1929 casi serefunda la ciudad, más culminando una tradición que estableciendo un modelo aseguir: el porvenir nos ha traído Fórums 2004, toda una serie de alcaldesmenores y una crisis global que aquí merecemos vivir más que en muchos otroslugares. De todos los equipamientos culturales inaugurados para la ocasión,sólo uno de ellos es suficientemente vigente como para reivindicarlo hoy en día:la reforma de la Casa de la Caridad para alojar el Centro de CulturaContemporánea, proyecto obra de Albert Viaplana y Helio Piñón. Este mismo 1992, enRotterdam, se inaugura otra sala de exposiciones temporales, con un programaparalelo al de la Casa de la Caridad: es el Kunsthal, obra del arquitecto localRem Koolhaas y su OMA (Office for Metropolitan Architecture). Mientras la Casade la Caritat es “sólo” un buen edificio, que ha organizado un pedazo de barrioy ha posibilitado el funcionamiento de una institución muy viva, el Kunsthales, con toda seguridad, uno de los edificios más influyentes del mundo des desu puesta en funcionamiento. Su mayoría de edad no le ha hecho perder aliento:perfectamente conservado y asimilado por la ciudad, el edificio sigueemocionando como el primer día, tan moderno, tan carismático, tan insolente,tan inapelable como cuando lo inauguraron. Veamos por qué.

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El Kunsthal des del Museumpark

Previa: hace nodemasiados años, antes de la aparición de webs de video organizadas portemáticas diversas, el porno se miraba y rodaba por películas. Umberto Eco sepropuso saber qué las caracterizaba. No era el sexo explícito: algunas grandespelículas del cine convencional lo han usado de modo análogo. No era (pordesgracia) su pésima calidad. Gran parte del cine convencional la comparte. Lo que caracterizabael cine porno respecto a otros tipos de cine eran las transiciones. Éstas eransiempre deficientes: normalmente en tiempo real, con diálogos horrorosos, malfotografiadas, apresuradas, descuidadas. En fin, cualquiera de nosotros hajugado a parodiarlas en alguna reunión de amigos, por tanto, sabéis de quéhablo.

Sucede lo mismo conlas salas de exposición. Cualquier idiota puede hacer una: cuatro paredes, unosbuenos focos, una puerta puesta donde te dé la gana. Píntalo todo de blanco,cuelga cuatro cuadros. Ya está. Lo que caracteriza unabuena sala de exposiciones temporales, o un buen museo, son las transiciones.Como el buen cine.
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La foto que adjunto esde la sala 3 del Kunsthal. Ubicada sobre el auditorio, no tiene luz natural.Tan sólo una entrada y una salida (por aquello de mantener el circuito), quepodrían haber sido una sola entrada. Toda revestida de cartón-yeso. Unoscuantos carriles con focos. Hay algunos pilares de hormigón torcidos. Estorban.Podría ser una sala cualquiera de un ayuntamiento o centro cívico cualquiera.Pero es la sala 3 del Kunsthal, y eso quiere decir muchas cosas: todo, pero, espuro contexto. Primero, la sala es un diseño de OMA. Si es así será por algo. Segundo,está en el Kunsthal. Eso garantiza que la exposición será interesante, casi pordefinición. Tercero y más importante, antes y después de visitarla nos habránpasado muchas coas y nos pasarán más. Esta sala es un eslabón de una cadena deacontecimientos cuidadosamente calculada por uno de los mejores arquitectos delmundo ejerciendo como tal. Hasta sus defectos, incluso su mediocridad,significarán algo sólo porque él ha querido que sea así. Descontextualizada, lasala no tiene sentido. Ni tan sólo el que pueda darle una exposición taninteresante como la que se exhibía.
El Kunsthal tuvo unagestación complicada. El país: Holanda. Más del 40% de su superficie bajo elnivel del mar. Un dicho nacional: Dios creó el mundo. Holanda la crearon losholandeses. Y lo hicieron a base de un sistema de diques que, sucesivamente,ganaron terreno al Mar del Norte. Cuando se ponía el siguiente se dejaba elanterior en medio de los terrenos drenados. Por si acaso. La mayoría están allítodavía. La ciudad: Rotterdam. Una de las dos más bombardeadas durante laSegunda Guerra Mundial. Todavía la están redefiniendo. En medio, todavía másdiques de los antes citados. El lugar: una manzana enorme que limita a nortecon la Rochussenstraat, el límite sur del barrio chino, a oeste con un granpaquete de edificios hospitalarios, a sur con el Westzeedijk y a este con elmuseo Bojmans van Beuningen y un barrio de casas unifamiliares racionalistas delas que hablaré más tarde. El Westzeedijk es,como indica su nombre, un dique. A sur la ciudad recupera el nivel del mar. Anorte está por debajo. El dique actúa como barrera, como un muro de contenciónque la ciudad salva precariamente con rampas y escaleras. Este enorme paquetesalió a concurso de una vez, a mediados de los años 80, como parte de un planmuy ambicioso, y exitoso, de construcción de un centro cultural para la ciudad.El eje vertebrador es un parque, el Museumpark. Contra la Rochussenstraat, anorte, se disponía el NAU (el Instituto Holandés de Arquitectura, resultado de unasgestiones complicadísimas para juntar todo el patrimonio arquitectónicoholandés en un solo organismo). Contra el Westzeedijk se disponía el Kunsthal. El edificio, pues, sedefinía des de las bases del concurso a través de dualidades: dos polos, el NAIy el propio Kunsthal. Un museo de exposiciones permanente, el NAI, y uno quenacía como centro de exposiciones temporales. Un edificio bajo el nivel del mary otro por debajo. Uno de hormigón y el otro de acero.
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El concurso generarámucha expectación. Se espera que OMA lo gane entero. Y, contra todo pronóstico,el fallo del concurso será salomónico, político: el Museumpark y el Kunsthalpara OMA, el NAI, para Jo Coenen. OMA, pero, ha presentado una propuestaglobal, basada, precisamente, en la dualidad entre los dos emplazamientos. ElMuseumpark es la cola que ata los dos polos. El NAI nace directamente delsuelo. De hecho, nace bajo el suelo: un enorme patio inglés ilumina parte delsótano. Una cubierta de hormigón soportada por una trama regular de columnascontinua el pavimento del parque y define el edificio. Un cubo interiorcontiene el resto del programa. El Kunsthal se disponea cota del Westzeedijk. El edificio es, simplemente, un catálogo de vigasVierendeel que flotan sobre el Museumpark. Si uno nace del suelo el otro no lotoca. Si uno tiene pilares, el otro no. Si uno es de hormigón, el otro esmetálico. Al final, si uno es deOMA, el otro no.
Final de la primera historia: Jo Coenen construye el NAI. JoCoenen no está a la altura de las circunstancias. El edificio se ha habido dereformar y ha sido reinaugurado este mismo junio… con una exposiciónretrospectiva dedicada, casualmente, a OMA. El edificio ha tenido una derivadacuriosa: su falta de calidad ha potenciado, precisamente, el pequeño barrio decasas racionalistas al otro lado de la calle, muchas de las cuales pertenecen aLeendert van der Vlugt, socio de Johannes Brinkman hasta su muerte, algunas delas cuales han sido adquiridas por el propio NAI, y han sido más carismáticasque el propio museo (Chabot Haus por delante). De una de estas casas, la Vander Leeuw, me ocuparé próximamente.
Koolhaas describe elprimer Kunsthal como un “recuerdo patético” del concurso perdido del NAI. Sinsu polo opuesto, no le va a tocar otra que redefinir completamente el edificio.
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Aproximación al Kunsthal des del Museumpark

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Pasaje peatonal interior del Kunsthal 

El Museumpark ya noconecta dos edificios. Conecta una calle, un barrio de casas racionalistas, conel Westzeedijk y con la parte superior de la ciudad. En medio (pero a uno delos extremos del recorrido), el Kunsthal. El edificio aceptará,ahora, una doble servidumbre. De un lado una calle dirección este-oeste quealimenta el hospital. Una calle para el tráfico rodado, a nivel del Museumpark(es decir, bajo el nivel del mar). Del otro, la conexión del parque con eldique. Nuevas dualidades: eledificio será la puerta al parque. El edificio será, por tanto, parte delparque pero, simultáneamente, un edificio autónomo. El edificio estará ahorasobre y bajo el nivel del mar. El edificio será a la vez poroso y compacto.Abierto y cerrado. Construido en hormigón y acero. Uno a un lado del edificio,el otro al otro. A través de estediálogo de opuestos pierde su dependencia del NAI asumiendo en su seno todo eldiálogo de los dos edificios. A través de esto toma vida propia y empieza afuncionar.
Salto. Situémonos en las páginas del libro S,M,L,XL.Concretamente en la talla M. Justo donde se explica nuestro edificio. Koolhaas lo hace conuna de las exposiciones más crípticas de todo el libro. Una breve introducción,un texto literario acompañando una serie de fotografías magníficas y unosplanos al final. El texto pertenece aWaiting for Godot, la obra más importante de Samuel Beckett. Puro teatro delabsurdo. Dos payasos esperando a Godot. Descontextualizados. Como el propioedificio. Atemporales. Como el propio edificio. Moviéndose en círculos,divagando.
¿Qué es el Kunsthal? Literalmente, una “sala de arte”. Unasala de exposiciones temporales. De hecho cuatro salas de exposicionestemporales, un auditorio, una cafetería, espacios accesorios. Todo apresado enuna planta cuadrada cruzada por las dos calles antes citadas. El edificio tienedos plantas bajas: una a cota inferior del dique, otra a cota del dique.
¿Qué le falta? Esta es la pregunta clave para entender todoel edificio. Su organización, la manera de moverse, su posición. Su carisma,incluso. Sin más: el edificiono tiene recibidor. Pensad en cualquiermuseo que os guste: la parte más importante del edificio es el recibidor. Unaenorme sala, un espacio o sucesión de espacios que nos acoge, donde compramosla entrada, donde estamos, tomamos consciencia de lo que vamos a hacer. Luego,lo que convenga. En el Kunsthal no haynada de todo eso. 
El recibidor ha sidosubstituido por el movimiento continuo. Si el edificio notiene ningún polo opuesto duera, si todo lo que queremos que suceda ha desuceder dentro, si las claves son el movimiento y la introversión, la figurageométrica perfecta que contiene todo esto dentro de una planta cuadrada es laespiral. Por tanto es enespiral que el edificio se organiza. Por tanto, es en espiral que nos hemos demover. Analicémoslo:
La entrada se producepor el pasaje interior peatonalizado. La calle hacia el hospital es fagocitadapor el edificio sin más, con elegancia, asumiendo, simplemente, la diferenciade metros cuadrados entre las dos plantas bajas. La calle sube de nortea sur. A media altura se gira a oeste. Allí están las taquillas. Se compra laentrada. Accedemos al auditorio, una rampa en contrapendiente de sur a norte.El auditorio, que en otros proyectos es, tan sólo, un espacio muerto que se usamuy pocas veces al año, se recicla aquí como recepción sin que pierdaautonomía. Bajamos. Pasamos bajo el pasaje público. Accedemos a la primerasala. A su lado está la cuarta, accesible des de los dos niveles, recorridoespiral alternativo. Después de la primera sala retomamos el pasaje, separadosdel exterior por un muro-cortina de cristal. Subimos paralelos a la calle yllegamos a la segunda sala. La circuitamos (la sala 4 es siempre la derivada) yllegamos a una rampa sobre el pasaje. Misma orientación, misma inclinación. Noslleva a la sala 3, la del principio. O bien subimos a la cubierta si nos dejan.Torre de ascensores, auditorio y, de nuevo, a la calle. La idea es entrar porun lado del pasaje y salir por el otro, expulsados, después de haber realizadoeste movimiento en espiral que nos ha hecho recorrer todo el edificio.

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Tour clásico propuesto por Koolhaas para visitar el Kunsthal. 1.- Entrada por el pasaje

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2.- Cruzamos el auditorio y pasamos bajo el pasaje

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3.- Accedemos a la primera sala. Ojo a las escaleras contra una pared

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4.- Primera sala: contacto directo con el parque

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5.- Recuperamos el pasaje, ahora por la parte privada

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6.- Sala superior (sala 2). Brillante, sin columnas (así descrita por el propio Koolhaas)

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7.- Paso a la tercera sala. Acceso a la cubierta. Parte superior del auditorio

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8.- Final del recorrido

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9.- Salimos del edificio por el lado opuesto al que hemos entrado

El por qué lo hacemostambién es importante, y tiene mucho que ver con la bondad de los promotores.El Kunsthal nos ha sido vendido como un edificio-manifiesto, pero no lo es enabsoluto. El edificio aloja cada año un mínimo de 25 exposiciones temporales. Dependiendode la medida de éstas tenemos que entre una vez al mes y una vez al trimestrela sala queda totalmente renovada. Todas estas exposiciones tienen interés, uninterés suficiente como para que un habitante de Rotterdam se tome la molestade hacer tres o cuatro veces al año este recorrido en espiral. Reitero: no es unedificio-manifiesto. Es una solución arquitectónica precisa a un problemaplanteado por unos promotores exigentes y serios. Y es, a la vez, una reaccióncontra un edificio que Koolhaas consideraba malo. Que consideraba que le habíanquitado injustamente. Y que se ha debido reformar a los pocos años de su puestaen funcionamiento.

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El edificio muestra su sección: el bar bajo el auditorio. Encima, la sala 3, completamente ciega. A mano derecha la calle al hospital y, más a la derecha, la cuesta del dique

El edificio esincreíblemente compacto. Sus recorridos antes citados definen una serie debandejas, de ámbitos, de salas. El elemento principal que las compartimenta esla rampa en forma de pasaje público. Esta separa el auditorio de las dos salasde exposición principales. Separa, también, dos sistemas constructivos. Separalos forjados inclinados de los forjados planos. Separa un sistema constructivode hormigón de un sistema constructivo en acero. El edificio se siguedefiniendo a través de contradicciones. Y más, separa lo que hubiese tenido queser el NAI original (cubierta inclinada, pilares inclinados, hormigón) de loque hubiese tenido que ser el Kunsthal original: una sala sin pilares a cotasuperior del dique. En este caso, con otra sala, esta con pilares, a cotainferior. Las dos se construyen en metal. Como en el Kunsthal original. Eldiálogo inicial está presente, condensado entre cuatro paredes cuadradas. Unaversión dulce de Le Corbusier y una versión trash de Mies van der Rohe.

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Sinceridad (o brutalidad) constructiva

La estructura:hormigón y metal. Hormigón en el lado oeste, metal en el este. Una tramaregular de pilares inclinados en el auditorio, apeados donde haga falta. Unacubierta metálica a este, acabada con policarbonato, sin apoyos, para cubrir lasala de exposiciones superior. Forjados con chapa colaborante, cinco columnasque definen la sala inferior. La construcción:cristal, policarbonato, terrazo, linóleo, hormigón continuo en los suelos.Cuando se requieren paredes macizas son de cartón-yeso. Travertino por fuera.Del barato. Todo es deliberadamente tosco. Las carpinterías, de catálogo. Losvanos de plástico, enormes. U-Gras ocupando toda la fachada este. En elKunsthal nada es aparente. Lo que hay es lo que se ve, más brutal que sincero.Uno puede comparar este edificio con la Galería Nacional de Mies van der Roheen Berlín. La calidad de ese edificio se consigue con artificios. Muchos. Elforjado no es bidireccional. Los núcleos están vacíos. En el Kunsthal esto nopasa. Aunque sea a costa de que parezca cutre. Y su estado de conservación esperfecto.

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Los dos mundos constructivos separados por el pasaje

El uso de materialestransparentes es uno de los rasgos más holandeses del edificio. Aquí cualquierhabitación, por normativa, tiene una superficie de iluminación equivalente al25% de su superficie en planta como mínimo. Aquí la transparencia es un hechocultural, asociada al calvinismo, al nada que esconder, y es este hechoapriorístico el que luego quedará condicionado como se pueda. Todo ha de sermedio exterior. La luz es un valor positivo, absoluto. Analicemos el hallnúmero 2: no tiene límites. Una fachada 100% vidriada contra la parte superiordel dique, una terraza sin contener para los eventos e inauguraciones. La vidaes pública.
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El edificio sigueallí, intacto. El bar ha sido parcialmente reformado. Poco. Las exposiciones sevan sucediendo. Los visitantes, la gente que usa el edificio como puente paratrasladarse de un lado a otro de la ciudad. Simultáneamente, su voluntadrepresentativa, su medida comparativamente pequeña respecto de los nuevosequipamientos de la ciudad. La elegancia con la que se ha integrado. No es sólo un buenedificio. Es la condensación de un proyecto urbanístico. Es un modo de hacer.Es un modo de entender la arquitectura, la vida. Un modo de emocionar, día trasdía. Es un eslabón más en la cadena de proyectos de un arquitecto total:teórico, práctico, local, internacional.
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Sala 4: la derivada del circuito. Pisos superior e inferior

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Pavimento superior de la sala 4. Foto: Montserrat Farrés (por una vez estoy al otro lado del objetivo)

Y, como corolario, unade las mejores interpretaciones de Gaudí que conozco: entre el cuerpo dehormigón y el de metal, entre Le Corbusier y Mies van der Rohe, un paraboloidehiperbólico de policarbonato proporciona uno de los motivos plásticos másbellos del edificio, hecho, ejecutado y entendido a la manera del maestro.
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Entrega gaudiniana entre el cuerpo de hormigón y el cuerpo de acero

Mientras tanto aquíhay demasiada gente que lo admira y poca que lo entiende. Mientras tanto hemosdescartado casi todas las cosas buenas que se hicieron en el 92 a favor de unmodelo urbanístico poco reflexionado, a medida de los promotores. Mientras tanto la Escuela de Barcelona no está, ni se laespera. Sólo desconcierto, crisis y pocos, demasiado pocos arquitectos haciendocosas interesantes con intención, descohesionados, enfrentados entre ellos y,sobre todo, incomprendidos.

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Sin ser exactamente lo que Koolhaas quería, había pensado que a Godot se lo espera mejor en el bar

Dentro del Kunsthaldos payasos siguen esperando a Godot.

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