El teléfono sonó en Milán y la noticia deslumbró a Mauro Icardi: a los 20 años, fue convocado por primera vez a la Selección. Alejandro Sabella, que había enfocado los ojos en su juego y hasta se había reunido con él, lo citó para los partidos contra Perú y Uruguay por las Eliminatorias. El llamado se produjo días después de su grito contra Cagliari, el segundo en esta temporada del Calcio, y tomó forma por la lesión muscular de Lionel Messi. Y el nuevo goleador, precisamente, tiene puntos en común con el crack. Es rosarino, hincha de Newell’s y sumó rodaje en las inferiores de Barcelona. Icardi, como la Pulga en sus tiempos de juveniles, tuvo sueños de futbolista en las canchas y habitaciones de La Masía. Y en tierra catalana, se dio el gusto de estar cara a cara con Messi. ¿Cómo fue el encuentro? “Una mañana me paré en el estacionamiento y esperé a que pasara. Le toqué el vidrio y le dije: ‘Soy el argentino que juega aquí’”, recuerda Icardi. Ese diálogo le abrió las puertas del Mundo Leo. Al día siguiente, en el mismo lugar y a la misma hora, el delantero trepó a la camioneta de Messi y fueron a almorzar juntos. “Desde ese día -cierra Icardi- hicimos una buena relación”.