Revista Cine
Yo me quedo con la música de esta película, que nos inserta a los Beatles o Annie Lennox , pero también a Mozart, en un burdel o en unas trincheras parecidas a las de una Guerra Mundial.
Sí, como la historia se desarrolla en una especie de sueño de una chica, los escenarios, y los personajes, y los monstruos, son de lo más variopinto.
Sucker Punch, la última de Zack Snyder, reúne un conglomerado de intenciones y utiliza una multitud de fuentes cinematográficas o literarias, pero el resultado se limita a la traslación a la pantalla de un gran cómic o videojuego visualmente poderoso, pero emotivamente flojo.
Bebiendo de los clásicos de la ciencia ficción –hay máquinas que recuerdan directamente al computador de 2001, una odisea del espacio-, de las novelas B de heroínas, y de tantos otros manantiales, nos encontramos con una pesadilla con final relativamente feliz.
Hay machismo, de hecho los protagonistas masculinos, son odiosos a más no poder, todos menos uno. Nos encontramos dueño del burdel, alcalde con puro, cocinero grasiento. Muy mal parados salimos los hombres.
Las mujeres tienen mejor imagen, mejores piernas y son más listas.
Los monstruos dejan de sorprenderme y todos se asemejan a dragones.
Creo que la película funcionará bien para un público determinado, adolescente, digámoslo claro, pero no me imagino yo a una maruja de 55 años ilusionándose con esta creación (aunque claro, todo es posible).