Talento ¿moderado?

Por ahora trascendieron dos fechas de estreno porteño para la nueva película de Allen: 27 de agosto y 1° de octubre.

57 por ciento a favor y 43 en contra… Así de proporcionada es, según Rotten Tomatoes, la discrepancia entre los críticos anglosajones que reseñaron Irrational man cuando la avant-première en el 68° Festival de Cannes y días atrás, a propósito del estreno comercial del viernes pasado en Nueva York y Los Ángeles. Éste es el largometraje número 45 de Woody Allen que cumplirá ochenta años el próximo 1° diciembre. Acaso esos porcentajes digan más sobre la relación que periodistas y espectadores mantenemos hace tiempo con este cineasta que sobre el film cuyo desembarco porteño está previsto para fines de agosto o principios de octubre según distintas fuentes.

“Allen contempla el crimen perfecto (otra vez) en una comedia oscura y hecha con rigurosidad intelectual”, escribió Scott Foundas para Variety luego de asistir al pre-estreno cannois. Seguro sin proponérselo, el periodista expuso en esa oración algunos elementos que otros desarrollarían después, para bien o para mal.

La observación entre paréntesis adelanta uno de los mayores reproches por parte de los detractores: la repetición. En efecto, Woody volvió a la carga con una obsesión que ya abordó en Crímenes y pecados y Match point.

El propio director la mencionó en la conferencia de prensa que ofreció a mediados de la semana pasada en su ciudad natal. “Cuando era chico me obsesionaban los trucos de magia, el baseball y el crimen. Sabía el nombre de cada miembro del crimen organizado: quién era quién y qué había hecho”, transcribió Jordan Hoffman para The Guardian antes de señalar con dedito chauvinista que Woody también dijo haber “aprendido todo de las películas de Alfred Hitchcock”.

De paso, copiamos otra cita alleniana hallada en la misma cobertura: “El asesinado es el denominador más común de la Historia cuando se trata de obtener algo de manera efectiva”.

Woody Allen les confió a Emma Stone y Joaquin Phoenix los roles protagónicos de Irrational Man.

Por otro lado, el sustantivo Comedia en la apreciación de Foundas remite a la reflexión resignada que Woody compartió no sólo en la conferencia de prensa, sino en algunas de las entrevistas concedidas con intención promocional. A principios de mes, le comentó a Don Steinberg del Wall Street Journal:

Match point fue muy bien recibida en Cannes pero durante la proyección se oyeron varias risas. Creo que la gente se rió porque pensó que se perdería algo si no lo hacía. Pasó lo mismo con Hombre irracional, que tampoco tiene nada muy gracioso. Siempre habrá risas porque la gente me asocia con eso”.

En la conferencia de prensa, Woody fue todavía más amargo: “A lo mejor me dieron crédito por ser divertido cuando en realidad soy un inepto. Pero, bueno, está muy bien que haya risas. Después de todo ése es mi juego”.

Entre el 43 por ciento de críticas negativas, algunas son devastadoras. Por ejemplo, Chris Nashawaty escribió en Entertainment Weekly que Allen “siempre repitió los mismos temas que podemos contar con los dedos de una sola mano, pero ahora hasta sus repeticiones resultan reiterativas”. Para Joe Morgenstern del mencionado Wall Street Journal, “éste es otro trabajo de Allen que olvidaremos cuando llegue el siguiente”. Y para Lou Lumenick del New York Post, se trata del “punto más bajo de la carrera del director de 79 años”.

Estas opiniones le habrán importado poco al director conocido, entre otras razones, por su indiferencia hacia las críticas y porque, cuando sus películas se estrenan, él ya arrancó con un proyecto nuevo. Ahora, por ejemplo, está pre-produciendo su 46° film, que rodará en agosto y donde actuarán Bruce Willis, Kristen Stewart y Jesse Eisenberg.

Por otra parte cabe recordar la respuesta del realizador cuando, en esta extensa entrevista que le hizo en Cannes para Deadline, Mike Fleming Jr. le preguntó por el obstáculo más grande que enfrenta como creador.

El deseo constante de hacer algo grande y la convicción de que eso no está realmente en mí. En décadas tuve más de una oportunidad para hacer algo grande, para sentar un precedente, para encontrar una forma nueva, para realmente impactar al público. Después de un tiempo me di cuenta de que nadie estaba deteniéndome. Entonces me dije: ‘adelante, hacelo, podés hacer lo que quieras, podés dejar la pantalla en blanco durante una hora y media si querés, sos el jefe‘. Pero luego empecé a decirme que si esa inspiración no me venía era porque no la tenía realmente.

No tengo esa grandeza. No soy Akira Kurosawa ni Federico Fellini. Soy un comediante que se convirtió en director de cine con un talento moderado para divertir, para entretener. No soy William Faulkner ni Cole Porter. Soy apenas alguien que entretiene.

Entonces lucho constantemente y digo que no, que eso no es cierto. “Esperá a ver lo que hago la próxima vez“, me digo. Luego veo lo que hice y, sí, es lindo, es simpático pero no es… Supongo que no puedo lidiar con la imagen ególatra que a veces tengo de mí mismo”.