Revista Ciencia

Tarro blanco, una anátida escasa

Por Pin

A finales de este mes de noviembre asistimos en Asturias a una migración inusual, por lo numerosa, de una bella y distintiva especie de anátida, el tarro blanco Tadorna tadorna. Se produjo la llegada de varios grupos, que se observaron en los estuarios y embalses costeros, y algún individuo se ha quedado de momento a invernar, como un ejemplar que lleva varios días por el embalse de La Granda.

Tarro blanco, una anátida escasa

El tarro blanco es una anátida que se ve poco por Asturias, pero no debido a su escasez en Europa, donde parece estar en aumento, sino a su peculiar biología. Así, una vez terminada la época de cría, los tarros llevan a cabo su muda, como buena parte de las anátidas. Para ello se concentran en lugares determinados, el principal de los cuales es el Mar de Wadden o Mar de Frisia, donde se reúnen por decenas de miles.

Tarro blanco, una anátida escasa

Tarro blanco, una anátida escasa

El Mar de Wadden abarca prácticamente toda la costa oriental del Mar del Norte, es la mayor llanura de marea del mundo y un enclave esencial para entender la biología de las aves costeras de Europa. Una vez que terminan la muda en este inmenso humedal los tarros blancos presentan un comportamiento dispar, ya que una parte se queda a invernar, otra retorna a los lugares de cría, como hacen por ejemplo las poblaciones británicas, y una tercera se mueve en migración al suroeste.

Tarro blanco, una anátida escasa

Sin embargo esta población migradora, compuesta sobre todo de las aves más norteñas, no se desplaza demasiado, viajando a los estuarios del oeste de Francia. Tan sólo una proporción muy pequeña llega a la Península Ibérica, en cantidad variable, que son los que hemos visto arribar este año. Eso sí, los tarros blancos son muy sensibles al frío, y con inviernos crudos en Europa pueden presentarse aquí en buena cantidad.

Tarro blanco, una anátida escasa


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