Revista Cine
Todo cambia, nada permanece, incluso las cabeceras míticas y reconocibles adoptan aires vistos en otras partes para introducirnos en un nuevo capítulo de una saga que en opinión mía, es decir subjetiva sin paliativos, ha caído en manos de un representante que podía desde luego ser más guapo y más alto, pero no menos bastorro, vulgar y zafio, aunque hay que reconocer que resulta muy expeditivo y eficaz a la hora de liquidar problemas.
Hoy, aprovechando que se estrena como vaquero galáctico (ufff) recordemos la cabecera de su presentación en sociedad: puede que sea lo mejor de la película, ya ves... :