Revista Cocina

¿Te sientes como un globo?

Por Yoisasi

Estos gases pueden hacernos sentir como si estuviérmos embarazados...

¿Cuántas veces nos hemos sentido hinchados o pesados?

¿Cuántas veces hemos estado con gases sin saber por qué y pasando un ‘mal trago’?

Los gases intestinales llamados también flatulencias, aerofagia o meteorismo son un signo de que algo no anda bien y suelen estar relacionados con nuestro estilo de vida, alimentación y nuestro estado emocional.

¿Sabías que un ser humano de tamaño medio contiene 40 litros de agua, bastante carbón para hacer 9.000 minas de lápiz, suficiente fósforo para 8.000 cajas de cerillas, hierro para 5 clavos, la sal necesaria para llenar 6 saleros, y tanto aire como para hinchar un globo capaz de elevar el cuerpo hasta 1.085 metros?

¿Sabías que un ser humano de tamaño medio contiene 40 litros de agua, bastante carbón para hacer 9.000 minas de lápiz, suficiente fósforo para 8.000 cajas de cerillas, hierro para 5 clavos, la sal necesaria para llenar 6 saleros, y tanto aire como para hinchar un globo capaz de elevar el cuerpo hasta 1.085 metros?

Se producen por fermentaciones intestinales debidas al estreñimiento, dietas caóticas, comer sin tragar y deprisa, nerviosismo, dietas con exceso de fibra, leche (intolerancia a la lactosa), algunos medicamentos, problemas pancreáticos, colon irritable, diverticulitis, enfermedad de Crohn, flora intestinal desequilibrada… Hay gente que además lo manifiesta con eructos. Estos excesos de gases nos crean, además de vergüenza social, problemas lumbares, dolores en la zona genital, cefaleas, etc. Veamos detenidamente quiénes son los culpables de estos ‘airosos aires’: leche, queso, yogur, leche de soja, salvado trigo (cuánta gente todavía lo espolvorea en su yogur en el desayuno), azúcar, productos elaborados con harina de trigo (pan, galletas, bollos, repostería y pasteles), legumbres (se digieren mejor pasándolas por el chino al eliminar las pieles), verduras como brécol, coliflor, remolacha, cebolla, acelga, espinaca, alcachofa, una ingesta excesiva de lechuga o ensaladas, excesiva ingesta de frutas, bebidas carbonatadas y cervezas (beber directamente de la lata empeora el hinchazón y los eructos).

Ahora echemos un vistazo a ver qué es lo que aumenta tener gases: comer más de la cuenta, hablar mientras se come o comer muy deprisa, mal funcionamiento del hígado, pérdida del equilibrio de la flora intestinal, engullir la comida en vez de masticar (así tragamos mucho aire), masticar chicle (más aire), utilizar batidora (introduce aire en el alimento) para hacer purés, es mejor el pasapurés manual, estreñimiento, uso de laxantes durante muchos años…

Si nos atiborramos a chocolate o alimentos azucarados y tenemos el intestino lleno de gas, éste producirá alcohol tan eficientemente como nuestra cervecería favorita. El fenómeno se conoce como ‘síndrome de la autodestilería’, que depende del nivel, tipo y actividad de las bacterias y hongos que viven en nuestros intestinos.

Sugiero a las personas que sufren este incómodo problema que vayan descartando los alimentos antes mencionados y que hagan de detective viendo cómo su cuerpo reacciona y si desaparecen los gases. Por ejemplo, se puede probar en dejar de tomar durante unos días los lácteos y observar qué ocurre. Si desaparecen es porque no asimilamos la lactosa (azúcar de la leche). También podríamos eliminar el trigo y la cebada (ojo que está en muchos alimentos procesados que ni podríamos imaginar) para ver si lo que no digerimos es el gluten. Existen unos edulcorantes, manitol y sorbitol, que se encuentran sobre todo en los chicles, que son una bomba de relojería.  Otra bomba de relojería es la leche de soja.Simplemente elimándolos podríamos notar una mejoría abismal.

El consumo excesivo de productos con fibra añadida puede crear desórdenes intestinales.

El consumo excesivo de productos con fibra añadida puede crear desórdenes intestinales.

Hay muchas personas que sin saberlo no pueden asimilar la fibra de la verdura cruda (lechuga, cebolla, rabanitos) y simplemente lo que tendrían que hacer es hervirlas o hacerlas al vapor. Y lo mismo ocurre con los alimentos integrales o productos con exceso de fibra (cereales con fibra, galletitas con fibra, barritas con fibra…), lo que significa que mucha gente deseosa de hacer un cambio radical en su alimentación deja todo refinado (alimentación que lleva durante casi toda su vida) y decide comer todo lo que sea integral creando al cuerpo una saturación de fibra que es imposible de digerir. Para esta gente aconsejo que haga el cambio poco a poco para no sufrir de dolores o cólicos intestinales. Los que practican deporte tienen una digestión más completa y su cuerpo no suele crear gases, a no ser que se atiborre a ensaladas con eso de seguir una ‘dieta sana’ (ojo con este tipo de dietas descompensadas y cargadas de verdura, verdura y más verdura sin nada de sólido). Por último decir que la parte emocional también afecta, ¿tenemos pensamientos e ideas no digeridas? ¿Hay sentimientos reprimidos que el cuerpo trata de exteriorizar como sea? Paremos un momento y reflexionemos un poco sobre nuestra parte emocional. Por tanto, comamos sentados (comer de pie es un gran agravante) en un ambiente relajado, masticando y siendo conscientes de que estamos comiendo, no ingerir grandes cantidades de líquidos durante las comidas, al terminar intentar reposar la comida aunque sea unos minutos y no atiborrarnos a grandes cantidades de alimentos con fibra. Intentar encontrar el equilibrio y ante todo evitar el extreñímiento pero sin utilizar laxantes agresivos. Por último, evitar que tomar los típicos ‘medicamentos antigases’ que anuncian dándonos un mensaje bastante contradictorio: ‘Come todo lo que quieras, después tómate estas sales de frutas y listo, feliz como un pez’. Vamos, más engaño y desequilibrio digestivo que a la larga puede llevar a problemas de salud más serios.

‘Vale. Tomaremos un par de refrescos asquerosos, cuatro pringues de chocolate, un litro de eructacola, diez bolsas de patatas muy fritas, grasas y pegajosas…luego saldremos a burlarnos de don sistema digestivo’. Dr. Jonn Matsen, ‘Prevention Thru Good Digestion’, 1991.

Salud y Buenos Alimentos sin aires.

Yo Isasi

www.nutriciónencasa.com


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