Título original: The Double
Año: 2013
Duración: 93 min.
País: Reino Unido
Director: Richard Ayoade
Guión: Richard Ayoade, Avi Korine (Novela: Fiódor Dostoievski)
Música: Andrew Hewitt
Fotografía: Erik Wilson
Reparto: Jesse Eisenberg, Mia Wasikowska, Noah Taylor, Wallace Shawn, James Fox, Cathy Moriarty, Yasmin Paige, Chris O'Dowd, Sally Hawkins, Paddy Considine, Rade Serbedzija, Phyllis Somerville, Gemma Chan, Craig Roberts
Productora: Alcove Entertainment / British Film Institute (BFI) / Film4 / Attercop Productions
Simon es un burócrata que empieza a perder la cabeza cuando un doble exacto a él aparece trabajando en su misma oficina y parece tener intenciones de suplantarle.
The Double es la adaptación cinematográfica de la novela de Fyodor Dostoevsky, escritor ruso nacido en Moscú en 1821. Dirigida y escrita por Richard Ayoade, el Moss de la serie The IT Crowd (Los informáticos). El peculiar actor, tras su paso por la risible sitcom irlandesa, debutó como cineasta en 2010 con Submarine, su primer largometraje. Pero antes de embarcarse en tamaña proeza, dirigió algunos capítulos para series televisivas, varios cortometrajes y un documental.
Fue el año pasado (2013), cuando el actor volvía al redil de la gran pantalla con la mencionada adaptación. Tras pasear la película por distintos festivales durante este 2014, es gracias al Festival de Sitges que disfrutamos de su segundo largometraje, The Double.
La película tiene un toque y desarrollo cercano a los hermanos Coen, pero con una estética, puesta en escena, decorados y, sobre todo, la trama, muy deudora de Brazil de Terry Gilliam. Si bien, no tan plagada de los excesos cometidos por Gilliam, el universo poético retrofuturista y los densos diálogos hacen que albergue ciertas similitudes, pero extrañamente me ha cautivado y maravillado en un grado bastante alto.
Con dicha afirmación, os puede extrañar la moderada puntuación al final de esta crítica. Pero todo tiene una explicación. Maravillado y todo, el film me ha dejado a medias y tengo ganas de volverlo a ver, pues estoy bastante convencido -con la sensación que me ha dejado- que me gustará más en un posterior visionado.
El motivo de esa moderada sensación final, es debido a la pérdida de ciertos detalles en sus diálogos. Sus tres protagonistas, la mayor parte del tiempo dialogan a una velocidad vertiginosa, lo cual no supondría un problema si no fuera porque hay que leer los subtítulos. Esas conversaciones a extrema velocidad, no son cruciales para entender su trama, pero seguro que contiene detalles muy suculentos, sobre todo, por su tonalidad sarcástica y cómica Si a ello le añadimos el cansancio que llevaba acumulado, después de siete días viendo películas durante el Festival de Sitges, no es de extrañar que me hayan quedado ciertas lagunas, repito, no argumentales, pero la pérdida de ciertos detalles, es un hecho.
Siempre me han dado un poco de arcadas al ver a Jason Eisenberg actuar, pero aquí demuestra un talento casi abrumador. El doble papel que ejerce Jason Eisenberg (La red social) es magnífico en sus dos antagonistas interpretaciones, el tímido e inútil Simon, y el chulo y prepotente James. Un desdoblamiento de personalidad del auténtico y ¿único? Simon James (Jason Eisenberg).
Mia Wasikowska (Maps to the Stars) en su papel de Hanna, completa la pieza que falta, y en cierta manera recuerda a Jill Layton la protagonista de Brazil, interpretada por Kim Greist. El doblete actoral de Eisenberg junto a Mia, conforma un tridente interpretativo sin precedentes.
La sátira a la que somete el film al mundo empresarial y corporativo, mundo del que la gran mayoría de nosotros somos esclavos, es retratado desde un punto de precisa genialidad. Una crítica ardua y sin tapujos, donde la película hace uso intensivo en cada escena y diálogo inteligentemente elaborado. La recreación de escenarios entre lo futurista y lo retro ambienta la película en algo de un potente carisma visual que se retroalimenta a sí misma.
Una película de muy buena puesta en escena y carismática banda sonora compuesta por Andrew Hewitt que trabajó en el anterior film del cómico actor. Además, de realizar algunos coros en la segunda y tercera parte de la banda sonora de El Señor de los Anillos. Un tanto a favor de Hewitt, que ha compuesto en The Double un score con magnetismo suficiente como para escucharlo sin necesidad de ver la película. Ya estoy deseando oírla en la tranquilidad de mi sofá.
Lo dicho, la puntuación es algo escueta debido a los pormenores del visionado que han hecho que no aprecie todos y cada uno de los magníficos detalles que la película contiene.
Puntuación
Publicado por
Machete
en
jueves, octubre 16, 2014
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