
The Messenger nos cuenta la historia de Will, un soldado que después de un accidente en Irak es enviado de vuelta a América, y aunque tiene problemas en la pierna y la vista tiene que acabar los tres meses de servició militar que le quedan. Para eso le asignan al lado de Tony el trabajo de mensajero. Un mensajero que sabe que siempre va a dar malas noticias. Unos mensajeros encargados de dar cuenta a las familias de los muertos en la guerra de Irak. En su trabajo tienen que soportar día a día el dolor, enfado, rabia de las familias de las víctimas. Un trabajo que no los debilita físicamente pero que inevitablemente sí lo hace psíquicamente. Además, Tony y Will también tienen que poner las riendas a su vida. El primero, veterano y con muchos años de experiencia de mensajero, borracho al sentirse impotente y el segundo Will, pensando todavía con la chica que dejó atrás, ahora comprometida con otro, y haciendo frente a la dureza de su nuevo trabajo.

Pero inevitablemente, digo inevitable porqué no he encontrado ningun film que me cuente lo contrario, cae en los mismos clichés que todas las películas bélicas, o semi-bélicas (porqué en ningún momento vemos el campo de batalla. El campo de batalla de esta película son los propios soldados, las frustraciones y el desengaño provocado por la guerra. Soldados borrachos y de putas, aparentemente fuertes pero que se derrumban a las primeras de cambio. Con The Messenger no se va a encontrar un producto original, pero sí atrevido, directo sin elementos externos que te descentren del objetivo, de la crítica antibelicista del film con la ayuda de unos personajes muy bien personificados.

Como conclusión, un film que no cuenta nada nuevo, porqué aunque la faceta de los mensajeros no se haya explorado, nuestros soldados sufren las mismas secuelas y vicios, Aun así es una mirada diferente y antibelicista a la Guerra de Irak con muy buenas interpretaciones. Pero aun así me esperaba algo más y diferente, las expectativas me han jugado una mala pasada.
Nota: 6'5/10
