Revista Cultura y Ocio
A pesar de ser muy, muy, muy, pero que muy yanqui, "The Newsroom" aborda una temática que, más allá de los casos específicos, la hace francamente interesante para el que no esté pisando suelo americano: una realidad en la que los medios de comunicación están sometidos a los organismos de poder. Un transfondo que se entiende y que además enternece a los periodistas de vocación (dato empíricamente probado).
En la redacción de Will McAvoy se trabaja duramente para ofrecer cada noche un noticiario plural, honesto y sincero, pero además, tan importante es la noticia de última hora y bien documentada, como las relaciones personales que mantienen los periodistas entre sí. Y es en esas tramas, en las que los personajes tienen que resolver sus líos emocionales a la vez que lidian con el estrés y el último minuto, donde surge ese punto por el que muchos han clasificado la serie como comedia. Trata tú de hablarle a tu pareja o a la persona que te gusta de una manera razonable y calmada cuando el mundo se está derrumbando ahí fuera y tú tienes que ser el primero en contarlo. Se entiende el conflicto, ¿no?
No es que el humor salve a "The Newsroom" de la quema, aunque es completamente cierto que es lo que impide que todo el mundo acabe cantando "This land is your land" o algo parecido. Más bien se trata del otro componente de un fórmula que permite hacer televisión dejando un poso de crítica sesuda y reflexiva. Algo así como irte pensándolo a la cama sin llegar a sentirte destrozado por dentro.