Revista Cine
Preocupado por la seguridad de Asgard, el temerario Thor, dios del trueno, emprende un arriesgado viaje al mundo de Jotunheim para enfrentarse a los gigantes de hielo, poniendo en peligro las vidas de sus compañeros de armas y desobedeciendo las órdenes de Odín. Cuando el padre de los dioses se entera, decide despojar a Thor de sus poderes y desterrarle al mundo de Midgar, donde deberá aprender humildad de los humanos que lo habitan.
*Esta reseña puede desvelar detalles de la película.
Desde que comenzó el actual boom por las adaptaciones cinematográficas de cómics, uno de los superhéroes con cuya película se especulaba era Thor, la versión del dios nórdico del trueno de la editorial Marvel. Sin embargo, debido a la complejidad del mundo en el que se mueve el personaje, no fue hasta el rotundo éxito de Iron Man en 2008, la creación de Marvel Studios y el anuncio de la ambiciosa Iniciativa Vengador cuando se puso en marcha la versión cinematográfica de Thor según los patrones marcados por el Vengador dorado.
Serían los guionistas J. Michael Straczynski (responsable de una aclamada etapa en los cómics del personaje) y Mark Protosevich (Soy Leyenda) los encargados de sentar las bases argumentales sobre las que luego trabajarían el equipo formado por Ashely Miller, Zack Stenz y Don Payne, quienes han conseguido acercar el mundo de Asgard a los espectadores de forma amena en una película con mucho ritmo y respetuosa con el material original.
Muchos fueron los nombres barajados para dirigir semejante empresa, y al final sorprendió la elección del director y actor británico Kenneth Branagh. Famoso tanto por su talento interpretativo como por sus magníficas versiones cinematográficas de obras de William Shakespeare en la década de los 90, Branagh aceptó el encargo con una condición: él ayudaría al estudio con el desarrollo y conflicto de los personajes siempre que le echasen una mano a la hora de enfrentarse a una producción con un presupuesto y medios tan elevados, además de que le enseñasen cómo funcionaba el 3D. De esta forma, Branagh deja de lado los planos sostenidos de sus anteriores trabajos y apuesta por rápidas escenas de acción, barridos aéreos propios de la trilogía de El Señor de los Anillos y homenajes a Excalibur para recrear Asgard, al mismo tiempo que mantiene la influencia shakespeariana en el conflicto paternofilial presente en Thor, propio de Enrique V.
La película comienza con un prólogo brillante en el que se nos presenta el mundo mítico de Asgard haciendo un uso adecuado del 3D. Los guiños a los cómics son constantes (cameos de Stan Lee y el propio JMS incluidos), aunque falten personajes y se simplifique la situación de otros como Donald Blake y Jane Foster. Así, nos encontramos ante una primera hora que sigue el patrón marcado por Iron Man, con la presencia de SHIELD, el agente Coulson, la breve aparición de Ojo de Halcón (Jeremy Renner) y la escena tras los créditos para dar cohesión al Universo Marvel cinematográfico. Sin embargo, el tramo final de Thor se aproxima más al ritmo apresurado y frenético de la segunda parte de las aventuras de Tony Stark, con una acelerada transformación del protagonista. Eso sí, la épica y el entretenimiento no decaen en ningún momento del ajustado metraje, acompañados por la heroica banda sonora de Patrick Doyle, habitual de Branagh que nos trae una composición con tintes de Mucho ruido y pocas nueces.
El reparto fue otro de los aspectos de la película que más quebraderos de cabeza trajo a los estudios. Finalmente se optó por Chris Hemsworth, semidesconocido actor proveniente de la televisión australiana con un pequeño papel en la reciente Star Trek, para dar a Thor el carisma y la presencia necesarios, además de una imponente voz de dios nórdico. El resto del reparto está a la altura, de modo que nos encontramos con unos más que correctos Stellan Skarsgard, Natalie Portman, Clark Gregg y Kat Dennings (Nick & Nora's Infinite Playlist) acompañándole en Midgar y la presencia de Idris Elba o el legendario Anthony Hopkins en Asgard. Especial mención merece la labor de Tom Hiddleston (amigo y compañero de Branagh) como Loki, interpretando al villano con sobriedad y sin caer en el histrionismo que podría propiciar el personaje.
Trasladar el universo de Thor al cine era una empresa sumamente complicada y arriesgada, pero afortunadamente Marvel Studios y el equipo bajo las órdenes de Kenneth Branagh han conseguido ofrecer una película de superhéroes con corazón más que entretenida, todo un espectáculo enmarcado dentro de la cohesionada Iniciativa Vengador.