Revista Cocina
El tinto de verano de hoy es para celebrar un cumpleaños. Un cumpleaños muy especial. Mi hija mayor cumple 10 años... 10 años.... Sé que es un topicazo, pero es que es cierto que hace nada era un bebé. No voy a decir eso de que quiero que se pare el tiempo y se quede así. No. A mí me gusta verla crecer. Aprendemos las dos a la vez, ella explora el paso de niña a preadelescente, mientras yo aprendo a ser madre en esta nueva etapa de su vida. Eso le pasa por ser la mayor, tiene que sufrir a una madre inexperta que camina a la vez que ella. Pero muy mal no creo yo que lo esté haciendo (me consuelo en esa idea, al menos), pongo todo mi amor en ello, y aunque me equivocaré mil veces.
Hace 10 años ya la tenía en mis brazos, fue un bebé madrugador, con un parto bonito y rápido. Abrió los ojos y se quedó tranquilita en los brazos de su padre. No fue una recien nacida grande (aunque en pocas semanas despuntó y se instaló en el percentil 97 de altura del cual no se ha ido nunca más). Se adelantó dos semanas, así que pilló a media familia fuera de Madrid, pero todos volvieron raudos y veloces para conocer al nuevo miembro de la familia.
10 años han pasado. Los 10 siguientes van a ser muy importantes también, y solo deseo caminar a tu lado y ayudarte a ser feliz.
Muchas felicidades princesa. ¡Te quiero!