Un ingrediente no se populariza, si no tiene algo de especial y el cardamomo lo tiene. Esta especia india se ha colado en la gastronomía de medio mundo, convirtiéndose en fundamental en recetas del Sureste Asiático, Oriente Medio e incluso de algunos países nórdicos. Pero, ¿qué tiene el cardamomo y qué tipos de cardamomo podemos encontrar?
A esta especia, además de sus dotes culinarias, se le atribuyen cualidades medicinales, entre las que destaca su faceta como buen digestivo, ayudando a luchar contra el estreñimiento. A esto hay que sumar su capacidad para curar infecciones en la boca y su efecto para disminuir la congestión pulmonar cuando tenemos bronquitis.
Aparte de sus beneficios, el cardamomo se ha hecho hueco en las cocinas por su sabor. Su aroma es muy característico y afrutado. Se usa en muchos currys, biryanis e incluso en tés. Existen diferentes variedades. La más común es la de cardamomo verde, ya que es la que más sabor contiene, disfrutando de toques dulces y cítricos, que dan a los currys ese matiz tan especial. Sus características permiten que se use igualmente en postres y platos dulces e incluso en cafés y tés. Si ponéis unos granos en la cafetera o en la tetera, el regusto del café y del té diferirá del habitual.
También hay cardamomo negro. Es diferente al verde en cuanto a tamaño y sabor. Es más grande y desprende un poco de amargura por lo que nunca se incorpora a una receta dulce, sino que más bien acompaña platos como arroz o currys de garbanzo. Tiene un aroma muy intenso, por lo que conviene usarlo con moderación. A veces éste se ahuma para que coja aún más personalidad. A estos dos hay que añadir otra variedad del caradamomo: el cardamomo blanco, cuyo gusto es el menos fuerte.
Un consejo: si echáis el grano entero de cardamomo en la receta, avisad a los comensales, ya que al morderlo puede crear una sensación muy amarga en la boca, restando su encanto al plato servido.
¿Cómo lo usáis vosotros? ¿En qué receta?