Os he hablado de mi padre en varias ocasiones. Era un verdadero "gourmet" aunque en su juventud utilizasen la palabra gallega "enchedoiro" (glotón).
Mi padre nació en el 1926, así que la guerra y la post guerra lo pilló de pleno. Nos contaba como en las ventanas de su casa en la C/de la Torre (A Coruña) se colocaron colchones para evitar daños en caso de que algo impactase contra los cristales de la vivienda. De como, siendo bien pequeño, encontró una "peseta". Un dineral por aquel entonces y no se le ocurrió mejor cosa, que entrar en la pastelería del barrio y gastarse la mitad en pasteles. Pasteles que devoró en el portal de al lado, en silencio y con temor a ser descubierto. Como le daba vergüenza volver a compar otro lote, le pidió a un amigo ( con la condición de repartirse el botín ) que le fuese a por más pasteles y así llegar a casa sin dinero, para no levantar sospechas.
Entre los dos se zamparon los dulces. Ni que decir tiene, que su amigo le estuvo eternamente agradecido por el gesto y que mi padre estuvo dos días "encamado" por la indigestión y mis abuelos sin entender el motivo.
Pues bien, todo esto viene a cuento porque para David, mi padre, sus pasteles favoritos eran los petisús( petit choux) o profiteroles y el tocinillo de cielo. Según él, el bocado más suave, fino y dulce que se podía llevar a la boca.
Hoy mi receta, nuevamente va dedicada. Lástima que no pueda probar mi tocinillo, estoy segura de que, le hubiera encantado.
TOCINILLO DE CIELO
6 yemas de huevo (las claras se pueden congelar para otra preparación)250 grs. de azúcar blanquilla125 ml. de agua
caramelo líquido para el molde
Esta es una receta que a priori parece difícil y complicada porque el resultado es espectacular. Pero nada más lejos de la realidad, ya veréis.
En primer lugar, caramelizamos un molde. Yo he utilizado uno de cristal de 12 x 12 cms.
En un cazo, ponemos el agua y el azúcar para preparar un almíbar. Coceremos durante unos 15 minutos a fuego suave hasta que alcance el punto de hebra. Y me váis a preguntar; ¿como sabemos cuando está en su punto? pues cogiendo un poco entre los dedos pulgar e índice (cuidadín de no quemaros) y al separar los dedos, se forma un hilo. Lo tenéis? pues ya está ! Dejamos que pierda calor.
Por otro lado, batimos las yemas de huevo y una vez el almíbar esté templado, las vamos añadiendo a la mezcla y al mismo tiempo revolvemos con las varillas. Si vemos que por efecto del calor, las yemas tienden a cuajarse, una vez hecha la mezcla, pasamos el resultado por un colador para eliminar impurezas.
Hecho ésto, lo vertemos sobre el molde caramelizado y lo introducimos a baño Maria y posteriormente en el horno a 170ºC durante unos 35-45 minutos. Ya sabéis que los tiempos son orientativos dependiendo de cada horno.
Antes de retirarlo del horno, lo pincháis para ver si el palillo sale limpio. Más o menos como haríais con un bizcocho o un flan.Dejáis enfriar antes de desmoldar. Una vez frío, volcáis en una fuente y lo cortáis en cuadraditos para su presentación. Bueno, eso es lo que hice yo, vosotros podéis cortarlo como más os guste.
Nota: os aviso, el tocinillo si está bien hecho, es bastante escurridizo. Os fijáis como el cuadradito se ha desplazado de su lugar inicial? pues eso Texto y fotografías: Pilar Martínez
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LA COCINA DE LECHUZA
publicado el 25 mayo a las 16:20
tiene una pinta buenisima debe de estar delicioso gracias por compartir la receta tendremos que hacerlo