Xavier Dolan, desde lo alto de sus intrépidos 25 años, derrocha energía y creatividad a raudales. Tras su excelente trilogía de la identidad iniciada en 2009 con, Yo maté a mi madre, y continuada cada año con na nueva producción, Los amores imaginarios y Laurence Anyways, decidió con esta película de título tan, engañosamente, bucólico (Tom en la granja) cambiar radicalmente de registro. Mientras estaba en plena producción de Laurence el cineasta, guionista y actor pluridisciplinar, sacó tiempo para ir al teatro y disfrutar de la obra de uno de sus compatriotas canadiense, Michel Marc Bouchard. Evidentemente al salir de la obra ya estaba localizando a su autor para preparar la versión cinematográfica.Un perfeccionista como Xavier Dolan, que se encargó del vestuario, el tráiler o hasta el dossier de prensa del film, amplió, en su hiperactividad, las 10 escenas de la obra hasta 113 de la película. E incluso, eliminó algunas. Una pena porque según comentó en una entrevista, al final desechó una réplica que podría haberse convertido en culto: antes de aprender a amar, los homosexuales aprender a mentir.El director, que también interpreta el papel principal, llega a una granja perdida en medio de la nada, tras kilómetros de carretera, envuelto en la música que el veterano Gabriel Yared hubiese compuesto para Alfred Hitchcock. Barro, vacas, silos y campos de maíz (los únicos rubios auténticos) hasta el infinito. Toda una parafernalia bien alejada de su trabajo de publicista de ciudad. Este rubio oxigenado (con infinitas similitudes con las heroínas del maestro del suspense) entra en la casa de la madre de su antiguo compañero, para asistir a su entierro. Debería estar prohibido morirse a los 25 años. Nada le recibe, cansado del viaje, se queda dormido y cuando despierta, empezará su verdadera pesadilla.La madre (rubia platino por los años y los disgustos) le recibe como un amigo de su hijo. Ella no sabe nada sobre sus relaciones y su otro hijo, un moreno tenebroso (no todos iban a ser rubios como la cerveza) la había convencido que salía con Sara (rubia teñida). Ambas actrices ya interpretaron este rol en el teatro.La relación entre el protagonista y el hermano son, por así decirlo, extremadamente tensas y, en unas semanas, se va estableciendo entre ellos una relación de dominación, seducción y admiración tan perversa como malsana. El hermano, interpretado brillantemente por Pierre-Yves Cardinal (actor que ya había actuado para Denis Villeneuve, todo queda entre canadienses), aporta el toque de peligrosidad perfecto cada vez que aparece en pantalla y el magnetismo metrosexual necesario para el papel.Una incursión lograda del cineasta, un divertimento audaz, en espera del nuevo trabajo de este tan genial como prolijo creador, Mommy. Como estaba cantado en todas las quinielas de Cannes, película incluida en una sección oficial con menos sorpresas que los ingredientes de la tortilla francesa (bravo a Damián Szifrón, el único ingrediente sorpresa que puede dar un sabor especial a la receta).Lo dicho, Xavier Dolan se lo merece, 5 películas a los 25 años paseadas por Cannes y Venecia. Con Mommy el cineasta vuelve a los temas que le inspiran y, además, con dos de sus actrices preferidas, Anne Dorval y Suzanne Clement (una actriz fuera de serie que puede dar una gran sorpresa en este festival).